Tópico sobre los veganos |
Estos dos términos me los acabo de inventar. Voy a empezar diciendo que esto no es una crítica al feminismo, ni al veganismo, pues a ambas conciencias las miro con simpatía sino lo veo más bien como un consejo de un “rojibrasas” como he sido yo.
Una experiencia que he tenido en la vida es que cuando estas en un pozo a veces te crispas y para supuestamente mitigar ese malestar te aferras a una idea y la defiendes a capa y espada y te dedicas a “salvar a la gente de su ignorancia” o “atormentarles por su error” como profeta.
Haber pasado por esa etapa de “salvador del mundo” te hace dar cuenta de muuuchas cosas y la más importante es que cuando estás dando la matraca con lo mismo, jamás de los jamases llegas a convencer al que no piensa como tu pues por muchos datos que des jamás los leerá, y al principio estarán tu camarilla, es decir convencerás a los que están convencido que después se aburrirán por “brasas” e incluso después, debido a ese empacho empezarán a distanciarse y si sigues siendo pesado con el tema de ese lógico hartazgo incluso generaran algún tipo de alejamiento o incluso de antipatía hacia las ideas que proclamas como me esta pasando con el “femibrasismo” y el “vegibrasismo” que ya nunca hago caso de lo que puedan escribir, y no por odio hacia esos pensamientos pues mi idea es llegar a ser vegano (he fracasado varios intentos) sino por cansinos.
El animalismo, por ejemplo, paso de ser un ideal que abrace, ahora prefiero estar lo más alejado posible de ello, y no por antipatía o desafecto hacia los animales, sino por un supremo cansancio agotador de tantísima tabarra y por ver que en ese movimiento todo vale, incluso los que creen amar a los animales y sin embargo dentro de ese supuesto amor a los animales se esconde su fracaso como persona.
Por eso, lo mejor es el comentario esporádico, pues si al menos solo vas a convencer al convencido, no le indigestas haciendo que a la larga cree un rechazo por ello.
Una experiencia que he tenido en la vida es que cuando estas en un pozo a veces te crispas y para supuestamente mitigar ese malestar te aferras a una idea y la defiendes a capa y espada y te dedicas a “salvar a la gente de su ignorancia” o “atormentarles por su error” como profeta.
Haber pasado por esa etapa de “salvador del mundo” te hace dar cuenta de muuuchas cosas y la más importante es que cuando estás dando la matraca con lo mismo, jamás de los jamases llegas a convencer al que no piensa como tu pues por muchos datos que des jamás los leerá, y al principio estarán tu camarilla, es decir convencerás a los que están convencido que después se aburrirán por “brasas” e incluso después, debido a ese empacho empezarán a distanciarse y si sigues siendo pesado con el tema de ese lógico hartazgo incluso generaran algún tipo de alejamiento o incluso de antipatía hacia las ideas que proclamas como me esta pasando con el “femibrasismo” y el “vegibrasismo” que ya nunca hago caso de lo que puedan escribir, y no por odio hacia esos pensamientos pues mi idea es llegar a ser vegano (he fracasado varios intentos) sino por cansinos.
El animalismo, por ejemplo, paso de ser un ideal que abrace, ahora prefiero estar lo más alejado posible de ello, y no por antipatía o desafecto hacia los animales, sino por un supremo cansancio agotador de tantísima tabarra y por ver que en ese movimiento todo vale, incluso los que creen amar a los animales y sin embargo dentro de ese supuesto amor a los animales se esconde su fracaso como persona.
Por eso, lo mejor es el comentario esporádico, pues si al menos solo vas a convencer al convencido, no le indigestas haciendo que a la larga cree un rechazo por ello.