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| La bandera de la polémica |
Ahora que debido a Eurovisión la gente se lleva las manos a la cabeza por vetar a la ikurriña, yo voy a dar un paso más allá y decir ¿Qué pasa cuando la ikurriña no es vetada por error o ignorancia y si por fobias?
Antes que nada decir que no soy devoto de la ikurriña como algo patriótico pues a mí las patrias tal como se entienden me dan nauseas, sino más bien como algo reivindicativo y por lo tanto cuando esto se cumple lo que ondee o no esa bandera que un día use como arma reivindicativa me importa poco o más bien nada de nada. Solo me ofendería que se usara con el mismo fervor patrio que se veneran otras muchas banderas pues basta ver que países han estado en más guerras y el fervor con el que se vive el patriotismo en esos países.
Volviendo al tema soy consciente de que las banderas generan filias y fobias y a veces se dan actitudes realmente surrealistas como en este caso de que parece que todo el mundo respeta y ama a los vascos y luego resulta que la prohíban en Suecia está mal y denigrarla en casa está bien. Recuerdo cuando en el pueblo de mi madre se sintieron muy ofendidos porque en la boda de un vasco se decidió colgar la ikurriña por la procedencia del novio y numerosos comensales se sintieron muy ofendidos. ¿Hubiera pasado lo mismo si esa bandera fuera de otra comunidad autónoma? Me temo que no.
Lo que me parece más grave es que en Suecia pecaron de un error, pero en el pueblo de mi madre pecaron de vasco fobia. Al igual que este incidente podría nombrar muchos más con ikurriñas y el problemas es que no se queda solo en una bandera. Demasiadas veces parece ser que debes pedir perdón por el delito de haber nacido vasco. Cuando se trata de vascos todo el mundo se cree historiador experto aunque muchas veces no pasen de historietistas y se saben al dedillo la vida, obras y milagros de Sabino Arana que junto con su hermano fue quien la invento “copiándola” de la británica. Pena que esos mismos no se dediquen un mínimo por la cultura e historia propia, les iría mucho mejor.
Antes que nada decir que no soy devoto de la ikurriña como algo patriótico pues a mí las patrias tal como se entienden me dan nauseas, sino más bien como algo reivindicativo y por lo tanto cuando esto se cumple lo que ondee o no esa bandera que un día use como arma reivindicativa me importa poco o más bien nada de nada. Solo me ofendería que se usara con el mismo fervor patrio que se veneran otras muchas banderas pues basta ver que países han estado en más guerras y el fervor con el que se vive el patriotismo en esos países.
Volviendo al tema soy consciente de que las banderas generan filias y fobias y a veces se dan actitudes realmente surrealistas como en este caso de que parece que todo el mundo respeta y ama a los vascos y luego resulta que la prohíban en Suecia está mal y denigrarla en casa está bien. Recuerdo cuando en el pueblo de mi madre se sintieron muy ofendidos porque en la boda de un vasco se decidió colgar la ikurriña por la procedencia del novio y numerosos comensales se sintieron muy ofendidos. ¿Hubiera pasado lo mismo si esa bandera fuera de otra comunidad autónoma? Me temo que no.
Lo que me parece más grave es que en Suecia pecaron de un error, pero en el pueblo de mi madre pecaron de vasco fobia. Al igual que este incidente podría nombrar muchos más con ikurriñas y el problemas es que no se queda solo en una bandera. Demasiadas veces parece ser que debes pedir perdón por el delito de haber nacido vasco. Cuando se trata de vascos todo el mundo se cree historiador experto aunque muchas veces no pasen de historietistas y se saben al dedillo la vida, obras y milagros de Sabino Arana que junto con su hermano fue quien la invento “copiándola” de la británica. Pena que esos mismos no se dediquen un mínimo por la cultura e historia propia, les iría mucho mejor.
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