Enseñando a leer a nuestros menores

Libro comprado esta semana por mi sobrina

Este fin de semana he tenido una agradable sorpresa por parte de mis sobrinos. Lejos de sablearme con chuches o algún tipo de baratija en forma de juguete han optado por libros.

Mi sobrina ha optado por acompañarme hasta la librería del pueblo y elegir personalmente lo que quería leer.

Poco después me entere el porqué de esta actitud, si es que les he entendido bien, resulta que en su colegio tienen un plan para enseñarles a leer que consiste en darles un libro a leer, y al cabo de un mes presentarse el autor del libro, hablar sobre ese libro y firmarles los libros y así libro tras libro.

En nuestra época creo que cometieron el error de enseñarnos solo a husmear entre lo clásico. Parece que hay una “buena literatura” obligada y que si no la nombras eres “lector de segunda”. Parece que solo podias leer a Calderón de la Barca, Garcilaso de la Vega, Bécquer, Góngora, Quevedo, Espronceda…, como mucho se concede algún hueco a autores de la generación del 98, o del 27 pero más alla de sus indudables talentos y su genialidad se olvidaron a enseñarnos a husmear entre lo nuevo.

Solo algunos libros tipo, Código Da Vinci, 50 Sombras de Grey o Caballo de Troya entre otros llegan a oídos del gran público y en ocasiones tratados como literatura de segunda, como si la literatura tuviera que servir para dar un pedigrí de culto en vez para matar horas de ocio.

Muy buena iniciativa la de estos colegios, ojala continúe esta iniciativa y ojala la literatura se convierta en algo más que para adquirir un carnet de culto.