Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

No estoy orgulloso del lugar donde nací

Mafalda siempre genial
Es muy habitual escuchar a la gente proclamar su a los cuatro vientos el orgulloso con el que siente ser de un lugar. A mí sin embargo no me gusta usar esa expresión y me acuerdo de la tira de Mafalda que acompaña este artículo donde se muestra como somos “patriotas cómodos”. Yo sin embargo a diferencia del mensaje de esta tira si me gusta más decir que amo a mi tierra, pero lejos del sentimiento cómodo al que hace referencia Mafalda y que comparto plenamente, me gusta el “cariño militante”.

Mientras que en el orgullo de ser de un sitio, hay en muchos casos connotaciones de superioridad, y creerse mejor por algo que no es tiene ningún merito como es el que el azar determinara que viéramos la luz en un sitio y no en otro el “cariño militante” se basa en el amor a una tierra en base a las vivencias. El lugar que nos vio nacer indudablemente proporciona un cumulo de sentimientos que hace que cojamos cariño a nuestra tierra, pues en ella esta nuestra infancia, nuestro primer amor, los lugares de juegos en la infancia, nuestros lugares de diversión en la juventud, los lugares donde pasamos con los seres queridos. Es lógico y natural amar la tierra que nos vio nacer.

Cuando me junto con alguna persona “orgullosa de su tierra” y me cuenta lo mucho que ama a su tierra por las gestas de sus antepasados y se dedica a restregar lo “mejores que son” por haber nacido en ese lugar basándose en gestas que no tuvieron arte ni parte, y cuyo único merito son de gente que yace bajo tierra, me siento como estar delante de alguien acomplejado que necesita recurrir a meritos ajenos para sentirse alguien.

Por ello cuando me encuentro con una persona de otras tierras me encanta que me hable de su tierra, pero que me hable con cariño, que me hable de sus paisajes, de su cultura, de su gastronomía, de sus gentes, que este deseando compartir lo maravilloso de su tierra y no mostrarlo como algo mejor y superior.

En esto pongo el ejemplo de quien disfruta de una copa de vino y que le gusta el vino de su tierra, lejos de mostrar la botella y decir “este vino es mejor que el vuestro”, la descorcha y la comparte, y no hace ascos a cuando la persona agasajada descorcha una botella de su tierra, encontrando el placer no en el vino, sino en compartirlo.

Por todo ello me gusta decir una frase que he repetido varias veces

“Quien realmente ama su tierra, no odia a la de los demás”


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