Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

lunes, 9 de enero de 2023

Reflexión del día de reyes

 

A veces te encuentras en Facebook muy sabias reflexiones como esta que pongo a continuación de Pedro A. Ferrero:
Cuando eres niño, tu visión del mundo se basa en certezas. Sabiendo lo que va a pasar y por qué pasan las cosas, tienes ese sentido de la seguridad que necesitas en esos años como protección frente a cualquier amenaza exterior. Esa certeza también abarca a los reyes magos. Sabes que el día 6 de Enero vas a recibir regalos porque has sido bueno durante el resto del año. Por eso empecé a sospechar que quizá el mundo no funcionaba con ese engranaje de relojero suizo cuando comparando los regalos que me traían a mí con los de mis compis de colegio, me empecé a dar cuenta de que el tipo de regalos guardaba una sospechosa correlación entre el poder adquisitivo de los padres del agraciado y los presentes que los supuestamente imparciales reyes magos de oriente le dejaban. Durante años, fui incapaz de entender por qué a mí me dejaban ropa y cosas necesarias para el día a día y sin embargo a otros les traían juegos de ordenador o el ansiado excalectric, que para nosotros era como comprarse todo un concesionario de coches de gama alta de verdad. En casa me decían que los reyes dejaban lo que el niño realmente necesitaba, no lo que se le antojaba, pero el hecho era que aquellos regalos útiles no me gustaban. A un niño no le puedes enseñar desde tan pequeño a valorar lo que ya tiene, mas en el primer mundo, porque no lo va a entender. A un niño hay que darle regalos inútiles, a ser posible caros y tecnológicamente avanzados, de esos que a los cuatro días se va a cansar de ellos en pro de otros mas novedosos. Ya quedan lejanos aquellos tiempos en que a nuestros padres de la posguerra les regalaban peonzas y muñecas, balones y madelmanes, bicicletas y patinetes, y eran los niños mas felices del universo. Por suerte, los niños de clase media donde no nos podíamos permitir el excalectric o la play, debíamos agudizar el ingenio y disfrutar con otro tipo de presentes, un libro o un quimicefa, y los reyes, que para eso lo eran, obraban su magia y nos hicieron ya desde tan tierna edad amantes de la lectura o la ciencia. De ese modo, lo que nosotros considerábamos entonces como una desventaja comparativa, resultó, a la larga, nuestra salvación para afrontar en el futuro las incertidumbres que la vida iba a poner en nuestro camino y de las que entonces no eras ni remotamente consciente. Gracias, señores reyes magos, por no haberme dado entonces todo aquello que les disteis a mis envidiados compañeros.

Pedro A. Ferrero, 6 de Enero de 2023.