Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

lunes, 13 de junio de 2016

Pobre y con móvil

Algunos ven así a los pobres
El viernes ví un mendigo hablando por móvil, ante esto escucho como una mujer ante su acompañante hace un comentario de desaprobación por pedir y tener móvil. Una vez más me sorprende la ignorancia de la gente.

Yo he entregado un móvil viejo a una persona que vive de la mendicidad. Lo hice porque entiendo que para ellos es una necesidad tener móvil. Como personas que son, tienen necesidades, y más en esas situaciones de desamparo. Un móvil en manos de un mendigo puede servir para que a veces tengan una voz amiga a quien escuchar, que sean localizados en caso de que haya algún tipo de empleo para cubrir (También los hay que no se rinden para trabajar), la posibilidad de sui les pasa algo, bien tienen alguna enfermedad o algún miserable les agrede por ser mendigos pidan ayuda, etc., etc., etc.

Queremos ver al pobre con “uniforme de pobre” y ellos lo saben. En más de una ocasión se han sorprendido gente que les ha ofrecido ropa y no la han aceptado porque “con esa ropa no puedo pedir”, o incluso ropa nueva de sobras de comercios les ha costado algún disgusto pues se les ha entregado con alarmas sin desactivar.

Por favor no juzguemos tan fácilmente.

domingo, 12 de junio de 2016

Tolerancia es soportar algo malo

Asi deberia de ser
Hoy en el muro de una amiga he leído esta frase “Tolerancia es soportar algo malo”.  Creo que no le falta razón a la persona que lo ha dicho.

Desde niño he escuchado la frase “hay que ser tolerante” cuando algo me disgustaba, e incluso a veces algunas frases nada tenían que ver con el dolor como “tengo un dolor intolerable” o “hay que aprender a tolerar el frio”. Actualmente es muy habitual escuchar frases como “tolerancia a la lactosa”, “tolerancia al gluten” o a otros componentes. Está claro que la tolerancia viene debido a algo negativo.

La persona que dice esto prefiere decir "un gesto de consideración” en vez de tolerancia. 

Pongamos un ejemplo. Supongamos que tengo un vecino musulmán que se pone a ejercer sus oraciones en el balcón a grito pelado molestándome.

Aquí habría un debate de lo malo o lo bueno que es el islam, la necesidad de tolerancia, etc., etc., etc. cuando hay dos hechos diferenciados, por un lado está el hecho desagradable de que alguien te moleste y da igual que sean oraciones, o música alta y otra es la religión de la persona. Sobre ninguna de las dos cabe “tolerancia” entendiendo tolerancia sobre esta nueva definición de la palabra. En el caso de las molestias está claro que hay que acabar con ellas, no con la oración en sí, sino en las formas, y en el caso de que alguien sea musulmán, pedir “tolerancia” entendiendo como “algo malo a soportar” está claro que es tan absurdo como que se pida tolerancia a un católico o  aun ateo. No hay nada de malo en ser una cosa u otra, lo malo son las formas que se pueden vivir estas creencias.

Pedir tolerancia con el islam, con otras religiones, otras razas, otras formas de entender la sexualidad, es tan absurdo como pedir tolerancia con cosas que tienen mis amigos y que pueden no gustarme a pesar de que no sean malas. Mientras sigamos pidiendo tolerancia con las razas, las religiones, las orientaciones sexuales, etc., estaremos diciendo que no es algo normal y que aplicamos el beneficio de la “tolerancia”.

Nunca podremos juzgar a una persona por su religión, raza, nacionalidad, etc., lo único que podremos juzgar a una persona es por sus actos, y cuando los actos que hace son intolerables los hace en función de ser una mejor o peor persona no por su raza, creencias… y por ello exportar al conjunto de personas que comparten esa misma condición es indecente.

Por ello a veces nunca sé que es peor si una persona que en nombre de lo que cree o siente dice o hace una barbaridad o aquellos que usan esa barbaridad como ariete para tratar al resto de personas que comparten esa características de mala manera.

jueves, 9 de junio de 2016

Mitología infantil

En el mundo infantil nunca faltan monstruos
Hoy paseando cerca del colegio he escuchado a un niño hablar de un monstruo que viene por las noches y se mete debajo de la cama.

Esto me ha recordado mi infancia donde estos seres eran muy, pero que muy reales y aderezados con cosechas propias de nuestra imaginación.

Hoy en día cuando hablamos de esos mitos de todos los tiempos, le damos un giro hacia nuestra madurez en base a nuestros conocimientos. Si tomamos el tema brujas por poner un ejemplo, habrá quien diga que nunca existieron, otros que simplemente fueron mujeres que eran acusadas por la inquisición y quienes las vean como creyentes en una serie de pensamientos mágicos.

Nosotros de niños si nos habrían preguntado por ellas hubiéramos dicho que eran mujeres feas, que montaban en escobas y en ningún caso las hubiéramos visto como hijas de un padre y una madre, dando infinidad de interpretaciones a su existencia.

Pero no era el único ser “maligno” de nuestra infancia pues teníamos más, casi todos inspirados en mitos clásicos como vampiros, hombres lobos y otros a quienes temíamos como seres reales en varios casos.

Sin  embargo había otros de dormitorio. Yo si me acuerdo que de niño cuando la habitación estaba a contraluz toda forma que había en mi habitación, bien fuera un juguete, ropa, o cualquier objeto su silueta se transformaba en lo que mi imaginación dictara, a veces en cosas agradables,  pero otras muchas veces,  también en monstruos.

También había muchos monstruos “reales” que los vivíamos en primerísima persona, uno era el monstruo que se escondía debajo de la cama o armario, pero este no me afecto mucho la verdad.  Nunca me imagine un monstruo en el armario aunque si reconozco que levantarme de la cama de noche sentía un cierto temor al poner los pies en el suelo.  El peor de todos era uno que nos hacia la puñeta a todos, o al menos quienes me rodeaban decían ser presas de sus ataques.  Este “monstruo terrible” era algo que sentíamos en carne propia, algo que empezábamos a notar que nos tocaba en la cama y nos cubríamos con las mantas para protegernos y aun así seguíamos notando esos golpecitos que no eran otra cosa que el moverse de las ropas de la cama pero nuestra imaginación infantil no dictaba otra cosa que algo nos acosaba.

Cuando crecemos olvidamos esa mitología, pero aprece que surge espontáneamente en los nuevos niños.

miércoles, 1 de junio de 2016

Vienen los comunistas ¡Y nos quieren gobernar!

Todavia sigue este viejo mito del demonio y el comunismo
En más de una ocasión veo como la historia se repite especialmente cuando se trata de meter miedo.  Ahora andan con el grito de pánico de “Vienen los comunistas” y los que nos acordamos del primer triunfo del PSOE recordamos el grito de similares características de “Vienen los socialistas” (hasta se llegó a hacer una película) y en ambos casos con el apoyo del “diablo colorado” en su día fue la URSS y hoy en día Venezuela.

No voy a entrar en el debate de si Venezuela es un país modélico o es una dictadura, creo no es este el debate, sino saber ver que están usando este tema con fines partidistas pues al igual que entonces no nos convertimos en un satélite de la URSS ahora nadie va a convertirse en un satélite de Venezuela, y querer intentar convencer de que no se vote a Unidos Podemos en base a Venezuela, es como querer hacer que la gente no vote al PP sosteniendo que las buenas relaciones que hay con Arabia Saudí decir que las mujeres llevaran el cuerpo tapado y se instaurara la ley islámica. ¿alguien puede creer esa majadería?. ¿Por qué lo creemos con Venezuela?

Si hacemos un poco de memoria, veremos que en aquellos años con el triunfo de los socialistas no fue ni lo que unos ni otros dijeron. No quiero ser pesimista…