Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

miércoles, 15 de julio de 2020

El día del orgullo de los cuerpos libres

¡No te dejes engañar!
Viendo un video sobre el tema de la marginación homosexual y el día del orgullo LGTBI aparece una frase que me hace pensar ¿Por qué no un día del orgullo gordo?

Y yo digo ¿Por qué no? ¿Por qué no un día para los de los cuerpos obesos, calvos, con gafas, mutilados, con estrabismo, etc.? Por supuesto entendiendo que esto no es ni la más mínima critica al día del orgullo LGTBI y es una reivindicación aparte.

Parece que es un mal menor y no es así y desde la niñez te meten en el cuerpo el rechazo al que no es correcto según marca la moda. Programas infantiles donde se meten la idea que ser guapo es igual a triunfo y por ello recuerdo dibujos animados donde el guapo era el héroe, la guapa su pareja que siempre era rescatada, luego estaba la amiga fea que era una sabionda repelente y como no el gordito cobarde que solo se mete en líos que cuando lo representa en una película hace el papel de bobalicón pusilánime objeto de risa.

Antes era un problema exclusivamente femenino, mientras que “El hombre y el oso, cuanto más feo más hermoso” y su cosmética era la crema de afeitar y el “varón dandy”, la mujer debía tener todo un arsenal de productos para la belleza que ahora pasa al hombre habiendo todo tipo de productos cosméticos como cremas, contornos de ojos, cremas depilatorias… por lo tanto la belleza que nos venden depende del consumo y por tanto esa belleza artificial siempre ira un paso por delante de quienes la persiguen.

Por ello revindico un día del orgullo de los cuerpos libres de ataduras sociales, libre de ataduras comerciales, libre de prejuicios, libre de nuestros propios complejos. ¿Para cuándo un día del orgullo de los cuerpos libres? 

¡VIVA EL DÍA DE LOS CUERPOS LIBRES!

martes, 14 de julio de 2020

Hablar de política ¿Misión imposible?

La política puede incendiar una relación
Hay mucha gente que dice que ya no se puede hablar de política, y es cierto, porque no se sabe hablar de política.

¿Por qué no se sabe hablar de política? En primer lugar, porque se empieza con el insulto o la descalificación, a veces incluso premeditada sabiendo que alguien profesa la ideología a quien va dirigido el primer envite que hable la conversación. Por ejemplo, referirse a un partido político como Potemos, Ciudagramos, Sociolistos… o hacia una persona en concreto, “el clenchas, el coletas, el carapolla… ¿Alguien piensa que actuando así se quiere intercambiar ideas amigablemente?

Por otra parte, caemos en el error de convertir el ejemplo del paso en ejemplo futuro, teniendo la guerra omnipresente, y no para hacer justicia de lo que allí paso o aprender de ella sino para comparar los que se hizo con lo que se hará, es decir como en la guerra se mató, está claro que tú vas a matar.

También está el infantilismo de patio de colegio que se usa en el parlamento del “Y tú más” que paradójicamente solo sirve para confirmar la culpabilidad y de forma estúpida calmar la conciencia pues, aunque lo mío este mal, lo del otro está peor.

Luego esta esa necesaria y absurda ambigüedad de que, si hablo de un personaje, por ejemplo, Hitler, hay que decir también que Stalin estuvo a su altura, para lejos de hablar únicamente de un tema tener que tratar de dos casos a la vez para “no ver la paja en ojo ajeno” en el mejor de los casos o tener que volver al infantil “y tú más” en el peor de los casos.

No, no sabemos hablar de política, y eso es lo que hace que la política genere tantas enemistades y malos entendidos porque muchos en vez de ser gentes con ideología, son hooligans que defienden a muerte a su equipo, aunque no tengan ni idea en muchos casos de los que defiende al igual que esa tropa de descerebrados que su equipo de futbol siempre “es el mejor” y parten la cara a quien diga lo contrario.

No, no sabemos hablar de política y eso conduce a la crispación, y lo triste es que yo tampoco se, y cada día a pesar de que soy comunista, me interesa menos hablar de política, o al menos intentarlo y eso que en mi caso sería divertido pues como digo soy comunista y encima defiendo el derecho de autodeterminación simpatizando con lo que llaman nacionalismo vasco.

Por último no olvidemos unas sabias palabras de Platón:

“El precio de desentenderse de la política, es el ser gobernado por los peores hombres”.
No es tan humor como parece

miércoles, 8 de julio de 2020

Tantas personas avergonzadas de su cuerpo y tan pocas de su mente



El texto dice "Tu eres mas importante que este número"
Hace unos días viendo las cosas que cuelgan en las redes sociales, concretamente en Facebook me encuentro con una frase que me hace pensar y dice:

Tantas personas avergonzadas de su cuerpo y tan pocas de su mente

En seguida me vino a la mente la pescadilla que se muerde la cola pues una mente preocupada de cosas banales como tener un poco más de pene, de pechos, unos labios más carnosos un poco menos de tripa, más o menos pelo, un color de ojos avergonzándose por tener unas características físicas y no otras es una mente de la que avergonzarse y por desgracia esa mente preocupada en cosas banales es carne de cañón para el consumo de productos y servicios para perseguir un ideal de belleza que nunca lograrán tener pues hay una industria que vive de ello y se alimenta de inseguridades que crearán incansablemente. Esa industria necesita de una mente débil que no se dé cuenta de la tiranía a la que son sometidos sus cuerpos con la propia complicidad de la víctima.

Primero fueron las mujeres a las que se les creo la necesidad de perseguir la belleza que marca en el momento la moda, mientras el hombre, en ese momento, al igual que el oso, cuanto más feo, más hermoso y más tarde domesticaron a este “oso” para que necesitara depilarse, consumir cosmética y se avergonzara también de su cuerpo pues eso era hacer crecer el negocio a consta de vaciar a la gente de autoestima y llenándola de temores e inseguridades que generaba una violencia hacia la propia persona que era doblemente víctima pues el mercado se unía hacia esa autodestrucción de la propia persona.
La mujer ya no es la única víctima