Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

domingo, 19 de enero de 2020

Las viejas tiendas de barrio

Publicidad de comercio local donde se dice
"Fortalece los lazos de comunidad"
Recuerdo en mi infancia acompañar a mi abuela los fines de semana a las tiendas ya que por motivos escolares a mi madre nunca la acompañaba.

Recuerdo que entonces la compara era diaria, a veces pro problemas de logística ya que los alimentos perecederos en casas donde en ocasiones no había frigorífico era complicado y tampoco había grandes supermercados y no todo el mundo disponía de un automóvil así que la compra se limitaba a llevar un peso aceptable y se veía comprar cosas que hoy en día solo se ve en paquetes por unidades.

Hoy en día en mi papel de adulto, me doy cuenta de muchas cosas que no me daba cuenta de niño.

Recuerdo que en el ritual de ir y volver a la tienda era mucho más que la compra del día ya que era juntarse con numerosas mujeres que tenían también ese quehacer diario y generar un grupo solido que tenía una cierta solidaridad. La gente en las tiendas no era “la siguiente” era una persona con nombre y así cada cliente era identificado por su nombre y se ponían al día de dichas y desdichas de la gente presente y ausente, pues no solo se hablaba de la gente presente, sino que un “hace mucho que no veo a Paquita”, hacía que la gente se enterara del devenir de una persona habitual que iba más allá del mero cotilleo y si era por algún problema serio la gente lo corría de boca en boca con compasión y siempre había quien decía “pues tendré que ir a verla a ver cómo sigue”.

Es decir, las tiendas de barrio de antaño eran redes sociales que unían a las personas y la gente que se “conocía de verse en las tiendas” sabían mucho la una de la otra a veces generando lazos de amistad.

Por ello ahora que las escasas tiendas de barrio que son el último recurso de quien le falta sal en un momento inoportuno no tienen ese sabor de antaño, aunque si esa necesidad de existir y ayudar a que los barrios vuelvan a ser de gentes con nombres e historias.

martes, 7 de enero de 2020

Música de maricas

Una celebre estampa del "Lago de los cisnes"
Cuando yo era niño había un apartheid musical pues la mayoría de quienes se acercaban a la música clásica o solfeo eran niñas mientras que los niños eran muchos menos y el tema de danza clásica nunca conocí a un niño que se interesara por ello. Esto hizo que muchos niños creciéramos apartados o desinteresados por la música clásica.

Entre los temas “menos viriles” estaba “El lago de los cisnes” que se usó para hacer burlas en espectáculos humorísticos en los años 80 del siglo XX a los gais que junto con los tartamudos y gangosos estaban omnipresentes en el humor de la época siendo Arévalo uno de los humoristas célebres que más uso el tema de los gais para hacer humor. Los “chistes de mariquitas” gustaban y si salía en algún programa humorístico una escena donde salía un homosexual no era la primera vez que salía con tutu y la música del lago de los cisnes.

Años más tarde un grupo de música ska de bastante éxito llamado “Madness” versionó este tema y alguno se refería a él como “el de los maricones”. No fue el único grupo que versionó este tema pues más grupos extranjeros lo hicieron desde el rock de “The cats” pasando por una versión reggae de “Montego Melón” e incluso se hicieron versiones discotequeras con lo más avanzado de la música electrónica.

No sé cómo se tratará este tema clásico en el extranjero ni se si las nuevas generaciones tendrán este tema por “música de maricas” pero casualmente he escuchado una frase hoy mismo de “pareces un maricón bailando el lago de los cisnes”.

Yo hace tiempo que me cure de gilipolleces así que voy a escuchar el lago de los cisnes pues sé que mi heterosexualidad no se va a ver comprometida así que voy a poner el lago de los cisnes, cerrar los ojos y a disfrutar recreando musicalmente la leyenda que inspiro este tema.

La historia narra cómo hubo una vez un reino tiranizado por un hechicero llamado Rotbart, que decidió pedir a los reyes la mano de su hija, la bella Odette, pero escandalizados por el atrevimiento se la denegaron. El hechicero entró en cólera y mediante un conjuro convirtió a la princesa en cisne de día y mujer de noche. Sus padres lloraron desconsolados durante largos años, formando un lago de lágrimas, donde Odette pasaba tristemente sus días hasta que encontrara un amor verdadero que rompiera el hechizo.