Gracias por todo 2017

Nunca olvidaré el 2017

Ahora que el año se va consumiendo poco a poco y queda prácticamente un mes para que el 2017 se acabe, creo que va a ser el primer año desde que tengo uso de razón que no quiero que termine el 2017.

Después de demasiado tiempo donde la vida no dejaba de cocearme y darme todas las tortas imaginadas y por imaginar, de robarme ilusiones, de pelear contra viento y marea para acabar naufragando y donde lucir una sonrisa era un ejercicio que me costaba horrores para no transmitir tristeza a los pocos que tenia al lado, ahora la sonrisa que permanentemente llevo en la cara es autentica, aseguro que no es postiza, me levanto cada mañana con alegría y deseando enfrentarme al día.

Por todo ello me gustaría que el 2017 fuera algo físico y tangible para poder darle las gracias a este año tan feliz y maravilloso que estoy teniendo. 

A veces creo que me equivoco con eso de pensar que la magia no existe, y esto no puede ser otra cosa mas que magia y de la buena.

Gracias, gracias y gracias

 

Muertos sin tumba en la que llorar y muertos sin que tengan quienes les lloren

El mar es un gran cementerio

Hoy el facebook me recuerda un texto que escribí hace cuatro años en los que me acordaba de usa mucha gente que no tiene un lugar donde llorar a sus muertos.

Hay demasiada gente a la que no se le puede llorar en un sitio concreto. Gente que murió en una guerra fraticida quedando para siempre en el campo de batalla donde acabo su vida, o aquellos represaliados que fueron asesinados en lugares olvidados o arrojados al mar. Gente que tuvo la mala suerte de morir en la mar bien haciendo su trabajo o bien persiguiendo un sueño. Gente que murió en la soledad de las calles o incluso olvidados en la soledad de un piso.

Hay demasiada gente que no tienen un sitio donde poder ser llorados o no tienen quienes le lloren