La política puede incendiar una relación |
Hay mucha gente que dice que ya no se puede hablar de política, y es cierto, porque no se sabe hablar de política.
¿Por qué no se sabe hablar de política? En primer lugar, porque se empieza con el insulto o la descalificación, a veces incluso premeditada sabiendo que alguien profesa la ideología a quien va dirigido el primer envite que hable la conversación. Por ejemplo, referirse a un partido político como Potemos, Ciudagramos, Sociolistos… o hacia una persona en concreto, “el clenchas, el coletas, el carapolla… ¿Alguien piensa que actuando así se quiere intercambiar ideas amigablemente?
Por otra parte, caemos en el error de convertir el ejemplo del paso en ejemplo futuro, teniendo la guerra omnipresente, y no para hacer justicia de lo que allí paso o aprender de ella sino para comparar los que se hizo con lo que se hará, es decir como en la guerra se mató, está claro que tú vas a matar.
También está el infantilismo de patio de colegio que se usa en el parlamento del “Y tú más” que paradójicamente solo sirve para confirmar la culpabilidad y de forma estúpida calmar la conciencia pues, aunque lo mío este mal, lo del otro está peor.
Luego esta esa necesaria y absurda ambigüedad de que, si hablo de un personaje, por ejemplo, Hitler, hay que decir también que Stalin estuvo a su altura, para lejos de hablar únicamente de un tema tener que tratar de dos casos a la vez para “no ver la paja en ojo ajeno” en el mejor de los casos o tener que volver al infantil “y tú más” en el peor de los casos.
No, no sabemos hablar de política, y eso es lo que hace que la política genere tantas enemistades y malos entendidos porque muchos en vez de ser gentes con ideología, son hooligans que defienden a muerte a su equipo, aunque no tengan ni idea en muchos casos de los que defiende al igual que esa tropa de descerebrados que su equipo de futbol siempre “es el mejor” y parten la cara a quien diga lo contrario.
No, no sabemos hablar de política y eso conduce a la crispación, y lo triste es que yo tampoco se, y cada día a pesar de que soy comunista, me interesa menos hablar de política, o al menos intentarlo y eso que en mi caso sería divertido pues como digo soy comunista y encima defiendo el derecho de autodeterminación simpatizando con lo que llaman nacionalismo vasco.
Por último no olvidemos unas sabias palabras de Platón:
Por último no olvidemos unas sabias palabras de Platón:
“El precio de desentenderse de la política, es el ser gobernado por los peores hombres”.
No es tan humor como parece |
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