Toda persona tiene derecho a querer como le plazca |
Parece mentira que todavía en pleno siglo XXI se sigan dictando normas de como se debe querer. Creo que el querer no necesita normas aunque alguno diga que si las necesita pues hay gente que maltrata a su pareja y bla, bla, bla. Yo creo que si alguien hace daño a quien dice querer simplemente no le está queriendo, así de sencillo.
Uno de los tabúes que he escuchado recientemente es el de los hijos de familias homosexuales. Todavía hay quien se opone a que puedan tener hijos o adoptarlos.
Yo voy a contar mi propia evolución sobre la homosexualidad. Mis más viejos recuerdos infantiles cuando no sabía que un hombre podía querer a otro hombre y una mujer a otra mujer, me costaba entender que las mujeres con lo guapas que son, pudieran sentirse atraídas por hombres “con lo feos que somos”. Después, aun siendo niño me entere que había hombres que quieren a otros hombres, y me parecía algo feo, algo sucio, y admiraba a las mujeres (entiéndase mi ignorancia infantil) porque ellas solo quieren a los hombres, no a otra mujer. Después ya en la adolescencia ser homosexual para mí era “el tonto del pueblo” alguien de quien poder mofarse y hacerle la puñeta, es decir homofobia en su estado máximo.
Después ya vino una etapa de “aceptación” no hacen daño a nadie dos hombres queriéndose pero que se mantengan a distancia, ellos en su rincón y yo en el mío. Eso sí con las lesbianas era diferente, pues el sexo entre mujeres forma parte de las fantasías eróticas de muchos hombres y por lo tanto si bien eran más invisibles eran vistas como objeto de morbo.
Años después antes del debate sobre los matrimonios igualitarios, cuando se planteaba la adopción por parte de parejas homosexuales, recuerdo que hubo un debate “vacio” del “si porque si” o “no porque no” según fuéramos más progresistas en el primer caso o conservadores. Yo la verdad es que si bien soy de izquierdas en este debate tuve mis serias dudas debido a mi ignorancia pues desconocía que era lo bueno para el niño, hasta que en un programa de radio donde en un debate vacio de argumentos alguien con luces suficientes dio por fin un argumento esclarecedor, “los progresistas van a decir siempre si porque si, los conservadores, no porque no pero ¿Qué dicen los que realmente saben del tema?” y a su vez sacó un informe de un psicólogo que informaba que los hijos de homosexuales entre otras cosas eran mas tolerantes. Cierto es que también eran más propensos al acoso escolar (eso que los “modelnos” llaman “bulling”) pero esto ya es algo ajeno a que tenga dos padres o dos madres un niño. Desde entonces acepto el derecho de la gente homosexual a su paternidad y maternidad.
Cierto es que aun tengo cosas que cambiar o mejorar, algunas de cobarde como cuando se hacen chistes o comentarios homófobos donde suelo callar por algo tan absurdo como que no se cuestione mi heterosexualidad, tampoco estaría a gusto en un grupo donde la mayoría sean gais, o usar frases tipo “eso es una mariconada” o aludir a la homosexualidad cuando algo se supone que debe de poder hacerlo todo hombre tipo “No me seas marica que eso no pesa tanto”. Lo único de lo que puedo decir que hago bien es que no uso la frase “tengo un amigo homosexual” como algo “exótico” como si tener un amigo homosexual sería lo mismo que tener una mascota traída de la selva africana.
A pesar de mis errores seguiré desoyendo a la gente carca que dice que la gente homosexual no puede casarse y no debe de tener a su cargo a niños pues les falta un referente paterno o materno según si son gais o lesbianas pues entonces deberíamos quitar los hijos a las madres solteras o a la gente viuda. Tampoco que muchas de esos preceptos venga de hombres que llevan faldas y que se supone que viven lejos de la procreación ayuda a que sienta un mínimo interés por esas bobadas.
Uno de los tabúes que he escuchado recientemente es el de los hijos de familias homosexuales. Todavía hay quien se opone a que puedan tener hijos o adoptarlos.
Yo voy a contar mi propia evolución sobre la homosexualidad. Mis más viejos recuerdos infantiles cuando no sabía que un hombre podía querer a otro hombre y una mujer a otra mujer, me costaba entender que las mujeres con lo guapas que son, pudieran sentirse atraídas por hombres “con lo feos que somos”. Después, aun siendo niño me entere que había hombres que quieren a otros hombres, y me parecía algo feo, algo sucio, y admiraba a las mujeres (entiéndase mi ignorancia infantil) porque ellas solo quieren a los hombres, no a otra mujer. Después ya en la adolescencia ser homosexual para mí era “el tonto del pueblo” alguien de quien poder mofarse y hacerle la puñeta, es decir homofobia en su estado máximo.
Después ya vino una etapa de “aceptación” no hacen daño a nadie dos hombres queriéndose pero que se mantengan a distancia, ellos en su rincón y yo en el mío. Eso sí con las lesbianas era diferente, pues el sexo entre mujeres forma parte de las fantasías eróticas de muchos hombres y por lo tanto si bien eran más invisibles eran vistas como objeto de morbo.
Años después antes del debate sobre los matrimonios igualitarios, cuando se planteaba la adopción por parte de parejas homosexuales, recuerdo que hubo un debate “vacio” del “si porque si” o “no porque no” según fuéramos más progresistas en el primer caso o conservadores. Yo la verdad es que si bien soy de izquierdas en este debate tuve mis serias dudas debido a mi ignorancia pues desconocía que era lo bueno para el niño, hasta que en un programa de radio donde en un debate vacio de argumentos alguien con luces suficientes dio por fin un argumento esclarecedor, “los progresistas van a decir siempre si porque si, los conservadores, no porque no pero ¿Qué dicen los que realmente saben del tema?” y a su vez sacó un informe de un psicólogo que informaba que los hijos de homosexuales entre otras cosas eran mas tolerantes. Cierto es que también eran más propensos al acoso escolar (eso que los “modelnos” llaman “bulling”) pero esto ya es algo ajeno a que tenga dos padres o dos madres un niño. Desde entonces acepto el derecho de la gente homosexual a su paternidad y maternidad.
Cierto es que aun tengo cosas que cambiar o mejorar, algunas de cobarde como cuando se hacen chistes o comentarios homófobos donde suelo callar por algo tan absurdo como que no se cuestione mi heterosexualidad, tampoco estaría a gusto en un grupo donde la mayoría sean gais, o usar frases tipo “eso es una mariconada” o aludir a la homosexualidad cuando algo se supone que debe de poder hacerlo todo hombre tipo “No me seas marica que eso no pesa tanto”. Lo único de lo que puedo decir que hago bien es que no uso la frase “tengo un amigo homosexual” como algo “exótico” como si tener un amigo homosexual sería lo mismo que tener una mascota traída de la selva africana.
A pesar de mis errores seguiré desoyendo a la gente carca que dice que la gente homosexual no puede casarse y no debe de tener a su cargo a niños pues les falta un referente paterno o materno según si son gais o lesbianas pues entonces deberíamos quitar los hijos a las madres solteras o a la gente viuda. Tampoco que muchas de esos preceptos venga de hombres que llevan faldas y que se supone que viven lejos de la procreación ayuda a que sienta un mínimo interés por esas bobadas.
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