Los tesoros de los abuelos

Un reloj de bolsillo era el tesoro de mi abuelo. foto de wikipedia

Todos tenemos o hemos tenido algún abuelo que ha conservado como oro en paño al objeto o tipo de objeto, bien un viejo reloj de fuerte contenido sentimental, bien un puñado de libros, bien montones de fotografías, bien algún tipo de colección, o cualquier cosa que le hacia sentir placer en su conservación y disfrute.

Cuando estos nos dejan suelen ocurrir tres cosas.

Una y la más lamentable, tirar todo eso a la basura, ¿Para qué sirve esto nada más que para molestar?. En mi casa conservo un par de libros de comienzos del siglo XX escritos por Blasco Ibáñez rescatados de una hoguera que se hizo cuando se quemaron los “trastos” para hacer un local de hostelería en los bajos de una casa familiar.

Otra la de dejar amontonado en algún rincón todo aquello sin prestarle atención para que en poco tiempo tengamos un bonito montón de basura. A veces se da una vuelta más en la desidia y acaba entre las ruinas de una casa que un día fueron de unos padres, después de unos hermanos, después de unos primos y después el tiempo se encarga que no sea de nadie.

Una tercera es la de la codicia, especialmente se ceba cuando el abuelo ha dejado algo que se intuye de valor, como alguna colección de sellos o monedas que para muchos profanos es algo de “muchísimo valor” a veces se guardan esperando “momentos propicios para venderlos, a veces se acude raudo a vender llevándose en la inmensa mayoría de los casos un chasco enorme al comprobar que el “enorme valor de los sellos” es solo una leyenda urbana.  Incluso cuando hay alguno de cierto valor pasa como en esta anécdota que recuerdo de que en cierta ocasión me enseñaron una colección de sellos de los albores de la filatelia en España donde había algún sello de cierto pero estaba en tan lamentable estado toda la colección que solo valía como material para reciclar.

¿Qué se debería hacer con esto? Yo personalmente no sabría decirlo. Si es algo de valor sentimental me lo quedaría y lo conservaría. Si hay alguien de la familia que muestra interés por algo con intención de conservación y disfrute se lo dejaría a esta persona. Otra opción que barajaría seria donar todo lo que nadie va a dar uso o debida conservación a algún uso benéfico.

A veces sueño que lo que sería justo sería que existiera algo en lo que no creo como es la reencarnación para poder buscar al propietario de esos “tesoros” y poder darle la oportunidad de poder gozar de sus pertenencias.