 |
| Todo cuerpo se merece un respeto. |
Esta mañana estando en un supermercado, escucho una conversación de una mujer que le pregunta a otra por su hija y responde que esta en casa encerrada porque el otro día consiguió que saliera a la calle y la empezaron a llamar “Lalachus “y volvió de inmediato. Desconozco que problemas tenía esa niña, pero intuí que tenia obesidad y algún tipo de fobia social posiblemente derivada del acoso por sufrir esa enfermedad.
Hace años, muchos años. En los 80 en televisión salía en el recordado programa “Un, dos, tres” un personaje interpretado por Beatriz Carvajal que se hacía llamar “La loli” y este personaje era tartamudo y tenía otro personaje antagonista que odiaba que le llamaba “La pelos”. A cuenta de ellos de ello muchos menores con ese problema fueron apodados “La pelos”. El programa decidió tomar cartas en el asunto y retiro ese personaje mandando un mensaje de apoyo a los menores con ese problema.
Actualmente, más de cuatro décadas después seguimos con ese
infantil planteamiento, solo que no son los menores quienes usan palabras para
atacar a otros menores, sino que son personas adultas quienes lo hacen. No se
dan cuenta que cuando a una persona se le insulta por su aspecto, creas un
germen para poder ser minusvalorado por alguna característica física y en
muchos casos algunas que no podremos evitar como ser “vejestorios”.
Hay muchas formas de cuestionar a una persona, pero la más infantil y la que
menos capacidad intelectual requiere es insultar por el aspecto físico. Decir
que “ella empezó primero, también es una excusa muy infantil para justificarlo
pues aseguro que todos en casa tenemos espejos y una cosa es saber que somos
gordos y se hable sin tabúes de ese tema (Yo mismo hago bromas sobre mi
obesidad y otros aspectos físicos como mi calvicie, o mala vista) y otra cosa
es usarlo de forma despectiva y discriminatoria como es el caso.
También me hacen reír quienes dicen que se hace apología de una forma de vida poco saludable. ¿Sabemos la dieta exacta de esta persona?
Que una persona obesa salga en un programa de televisión no se hace apología de una forma de vida poco saludable sino apología de respeto a las personas más allá de su apariencia. ¿Si metemos en un programa a una persona que esta en silla de ruedas por un accidente de tráfico, ¿Se hace apología de la mala conducción?
Yo no creo que tarde mucho en volver a ser delgado mediante cirugía, pero tengo muy, pero muy claro que voy a seguir siendo un activista de defensa de las personas “con sobrepeso”, no “del sobrepeso”, diferencia que hay muchos que les cuesta entender.
