Recuerdo como hace décadas ante la avalancha de mirones textiles (textiles es como les llaman los nudistas a los que usan bañador) en las playas nudistas, estos eran invitados a abandonar la playa mediante aplausos del resto de los bañistas.
Esta misma mañana he visto como una persona entraba desprovista de mascarilla a una cafetería y ante las recriminaciones de clientes y gente trabajadora del local actuaba con suma prepotencia a pesar que hubo alguna mala palabra de por medio que afortunadamente no acabo en pelea.
Creo que con esa gente es inútil dar argumento alguno y lo mejor es ya que están orgullosos de su estupidez aplaudirles. Una forma eficaz y pacífica de hacer frente a la estupidez pues al fin y al cabo esas personas están orgullosas de su actitud y por ello merecen ser aplaudidas.
Por eso se debería aplaudirles en vez de recriminarles.
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