Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

domingo, 27 de febrero de 2022

Sobre el turismo (una vez más)

 

Una de las numerosas pintadas antituristas

Lo reconozco, sufro turismofobia. Detesto la palabra turista y siento un cierto placer por considerarme un “enfermo” de esta “dolencia” antes de que se empezara a expandir este sentimiento de desafecto a eso del “turismo”. Quizás sea por la mala suerte de haber pasado más años de los que me hubiera gustado en un pueblo turístico. 

Actualmente veo con cierta pena que una feria que estoy muy ilusionado de acudir le han puesto esta descripción “primera feria internacional de turismo mitológico y legendario”.

Algunos me dicen, pero ¿Tu no viajas?, ¿Te quedas siempre en casa? Y un largo argumentario repetitivo. 

Voy a intentar contestar a esto de forma que se entienda empezando con un ejemplo.

Recuerdo hace muchos años cuando un amigo de los animales dijo que detestaba el termino “mascota” pues era un termino que hacia un uso comercial del animal y prefería el término animal de compañía. 

Eso mismo me pasa con el turismo, que me parece un término comercial que difiere de un término muchísimo más enriquecedor que es viajar. 

¿Diferencias? 

Pues diré que hay muchas, muchísimas, demasiadas, tantas que podría escribir páginas y páginas poniendo mis objeciones a ese término de turismo.

Mis dos puntos principales entre el termino turismo y viajar es que el turista busca que el lugar se adapte a el buscando lugares de ocio, alojamientos cómodos y un largo etc. mientras que el viajero se adapta al lugar, no importándole hacer esfuerzos si el lugar al que va considera que merece la pena. 

La otra diferencia es que en el turista se percibe un cierto “coleccionismo” de lugares, restregándole a la gente por los morros que ha estado en tal o cual lugar mientras el viajero habla con el mismo afecto de un lugar que esta a pocos metros de su domicilio como del lugar más exótico que haya estado. 

El primero simplemente satisface esa idea que nos han metido de la necesidad de hacer turismo y va a hacer lo que todo el mundo hace y va a destinos ya de sobra machacados mientras el segundo va a saciar su necesidad de conocer, sentir, ver, etc. 

Creo que fue Arturo Pérez Reverte (igual me equivoco) quien dijo que había estado numerosas veces en Paris y jamás vio la torre Eiffel. Este ejemplo marca muy bien la diferencia de prioridades entre un turista y un viajero. 

Ahora vayamos al otro tema, al económico. Un argumento usado por los turistas es “el dinero que dejan” e incluso pretenden que la gente del lugar les rinda cierta pleitesía por “sus dineros”. Bueno diré, es cierto que beneficia a algunos negocios esto es indudable pero también diré que ese dinero la mayoría de vecinos en muchos casos no ve ni un miserable céntimo y tiene que cargar con un montón de problemas derivados que expondré algunos a continuación. 

  1. Creación de empleo precario y de mala calidad que incluso algunos pretenden traer trabajadores de otros paises por el desinteres que genera.
  2. Destrucción de formas de vida tradicionales convirtiéndose tierras de cultivo o de pastos en tierra hormigonada al igual que mucha zona verde, llegando a afectar incluso a tareas “ruidosas” para el turista como el cantar de los gallos o el ordeño de vacas. 
  3. Encarecimiento de la vida. Tanto vivienda como alimentación. Esto hace que gente nacida y criada en el pueblo tenga que “exiliarse” pues no se puede permitir el lujo de vivir en el municipio que les acuno. 
  4. Carencia de comercios esenciales en favor de negocios destinados al turismo. 
  5. Escasez de medios de transporte pues la población asentada esta limitado su crecimiento por ser el turismo algo temporal y no es rentable poner medios de transporte para “cuatro gatos”
  6. Ruidos, suciedad, vandalismo… 

Además de una política de reparto de dinero injusta pues edificios vacíos todo el año son un problema pues salvo el IBI no generan ningún beneficio y si una distribución injusta de impuestos pues los dineros se reparten en función de la población y pueblos que multiplican su población por diez, veinte e incluso más tienen que sufragar sus vecinos parte de esa carencia económica. Por no hablar de carencias de mantenimiento como una explosión de gas que ocurrió debido a que al no residir gente y por tanto no realizarse mantenimiento cuando era necesario se produjo una brutal explosión en un edificio. 

Ahora la moda es llamarnos "xenófobos" pero no lo somos en cuanto no criticamos iuna procedencia,  sino una actitud nefasta.

Aseguro que podría hablar más y más del tema, pero por no aburrir lo dejo aquí pues creo que ya queda claro el porque el motivo de mi turismofobia y la conveniencia de cambiar el arquetipo turista por el arquetipo viajero mucho más respetuoso y beneficioso aunque no deje tanto dinero en los bolsillos de algun@s. 

Me despido recomendando a pesar de la descripción que se visite la feria zamorana. Nuestras culturas no podemos dejarlas morir. 


 

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