Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

domingo, 26 de abril de 2020

Predicadores de Redes sociales

Mejor invertir el tiempo en hacer lo que creemos
Uno de los errores que se cometen en redes sociales es ir de predicador de un tema que obsesiona hasta casi convertirlo en mono tema y da igual que sea política, feminismo, derechos humanos, animalismo, ecología… todos estos temas desde mi punto de vista muy nobles, pero también vertidos con exceso llegan a empachar consiguiendo el efecto contrario.

Estoy convencido de que hablar de un tema tenemos varias opciones consiguiéndose diferentes resultados
  • Hablar muy poco: Generas curiosidad
  • Hablar poco: Interés
  • Hablar lo justo: Debate
  • Hablar mucho: Solo convences a los ya convencidos
  • Hablar demasiado: Generas cansancio y aborrecimiento incluso entre los ya convencidos convirtiendo tus escritos en un monólogo
Esto lo suelo explicar con la teoría de un delicioso pastel, si das poco quieres más y hablaras solo de que se te ha dado poco, si das lo suficiente, hablaras de lo que te ha parecido y si hartas a alguien de pastel, al final lo aborrecerá y no lo volverá a consumir en su vida. 

Yo algunas de las cosas que he expuesto ahí y en las que creo a veces tengo tanta saturación que me auto obligo a estar mucho tiempo sin saber nada del asunto. Temas que me gustaban como el feminismo estoy más que saturado, teniendo un cansancio extremo del tema, e incluso en el tema animalismo aun gustándome los animales y sintiendo pasión por ellos ha sido tal la chapa que el animalismo aun sabiendo que es bueno, no puedo dejar de sentir desapego hacia la palabra “animalista” por mucho que crea de la bondad de sus ideales. Incluso la izquierda que es mi pasión ya me empieza a cansar debido a tantos con la verdad absoluta de lo que es la izquierda. 

Por ello, la mejor forma de predicar es desde mi punto de vista ejercer de lo que se cree aun reconociendo que como predicador obrando como izquierdista soy un desastre.

lunes, 13 de abril de 2020

El día que me leí en el Mein Kampf

El gran problema
Hace años me dio por leer el Mein Kampf de Hitler. Como soy un hombre de izquierdas convencido supe que no me iba a hacer ningún daño y me iba a servir para conocer mejor al enemigo.

Me pareció un libro bien escrito, convincente hasta cierto punto si tienes una escala de valores no muy clara y un punto de razonamiento no muy elevado. Después de esa experiencia empecé a investigar al nazismo, visitando incluso el campo de Auschwitz. Si descubrí varias cosas, la primera, la más importante que el nazismo ha sido la ideología más aberrante que hemos tenido, si bien el número de muertos se puede discutir, no así sus principios, que si hubiera durado algunos años más o hubieran ganado la guerra hubiera sido una atroz carnicería. Investigando descubrí es que había mucho mito sobre el nazismo y que se decían muchas tonterías sobre el que si jabones de grasa de judío, que si botones, que si lámparas de piel humana (alguno hizo alguna lámpara pero más bien la obra de un psicópata, no una industria generalizada) etc. Eso me dio más pánico que la ideología nazi, pues mentir y sobre una ideología aberrante y que esas mentiras queden al descubierto pone en duda las demás atrocidades.

Desde entonces echo de menos historias, novelas, películas, etc., que cuenten la historia sin disfrazar a unos de “todo malo” y a otros de “todo bueno”, de esto pocos casos conozco, quizás esa historia si endulzar a unos y sin satanizar a otros más que lo que se satanizan o endulzan ellos de forma automática. Esto es lo que nos convierte en verdaderamente críticos con los enemigos pues tendremos un enemigo real, a quien conoceremos perfectamente y sabremos cómo combatir sin falsos mitos. Pocas historias puedo decir que me hayan parecido reales en este aspecto. Como película puedo citar “el hundimiento” donde a veces se ve a n Hitler bastante humano, en literatura, solo conozco “La cárcel verde”, de Rafa Muela Martín donde maquis y guardia civiles son mostrados “al natural” por último podría citar “la línea invisible” una serie de televisión que narra los orígenes de ETA desde la premisa de la información y no de la deformación.