El pecado de querer

Hay mucho amor que se vive en silencio

Hace algunos días escuche a una persona con síndrome de Down que ellos también se enamoran y siente que la gente ve como una molestia que les quiera una persona con síndrome de Down

Sin embargo, a lo largo de los años he comprobado cómo no es cosa solo de ellos. Hay gente que no tiene síndrome de Down y se blinda ante el amor, o al menos a mostrar sus sentimientos. Gente que sabe la dureza del querer debido a los muchos golpes recibidos y sabe que sonreír o mostrar algún tipo de cariño especial puede llevar a alejar a esa persona. Por eso tras miradas a veces ausentes, ante gestos de desapego e incluso de distanciamiento, hay amores que abrasan por dentro y que solo esa persona los conoce y sufre por dentro dejando caer alguna lágrima que moje la almohada. En esas personas distantes muchas veces hay un océano inmenso de amor deseando salir. Concretamente esa gente que está harta de que el amor sea una fruta prohibida para ellos