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Por un 2019 sin esta lacra! |
Una de las cosas que suelen ocurrir a pesar de la rabia de
lo ocurrido es que en cuanto pasa la rabia por un hecho injusto y cruel una víctima
cae en el olvido, especialmente cuando se nos anestesia la memoria por haber
sido hasta el día de su fatal final una persona anónima.
Sin embargo, Laura no es una persona anónima, Laura vive, y está
aquí día tras día. Al hacer nuestra vida diaria te encuentras con muchas Laura cuyas
vidas forman un mismo bloque con nuestra vida propia. Laura, es la compañera de trabajo, la chica de
la barra del bar, la que te cruzas todos los días y te saluda de haberte visto
cien mil veces, aunque no te acuerdes de su nombre, Laura es la cartera, la
hermana, la doctora que te atiende con una sonrisa, la madre que lleva todos
los días a su hijo al parque, la amiga, la jardinera, la profesora, la
directiva, todas ellas son Laura porque todas ellas tienen el mismo número de
boletos en esa macabra lotería y todas ellas tienen el rostro de Laura y los
hombres tenemos boletos para tener que velar el cadáver de una de esas Lauras
de rostro cercano.. Ahora la pregunta es ¿Qué puedo hacer yo para que Laura pierda
esos boletos que por el hecho de nacer mujer tiene asignados?
Que la sangre vertida no sea en vano.
Que la sangre vertida no sea en vano.
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