¿Felicitar o no felicitar las fiestas?

La navidad genera dos sentimientos opuestos

Me había prometido a mi mismo no volver a hablar de la navidad y olvidarme de ella y eso que cada año me es más fácil pues no se si es impresión mía o cada vez hay menos adornos navideños y comercios que decoran de forma navideña. Sin embargo una amiga me ha comentado que para ella es importante felicitar y ser felicitada cosa que genera en mi un conflicto, por una parte no siento la navidad y en mi caso felicitar es algo que es hipócrita pues no creo, pero por otro lado pienso en la gente que aprecio y que si le gusta la navidad y quiere ser felicitada. ¿Qué hacer ante este caso? Yo de momento he contestado algo sincero y no navideño “Mis mejores deseos para ti”

¿Por qué no me gusta la navidad?

Lo bueno de la navidad deberia ser todo el año

Creo que ya he hablado demasiado de lo poco que me gusta la navidad. Siempre he buscado una escusa, que si consumismo (es cierto me parecen consumistas), que si la gente que lo pasa mal por estas fechas (es cierto, me da pena pensar en ellos), que si bla, que si bla, bla…, sin embargo el verdadero motivo es echar de menos las navidades de la infancia, cuando podíamos juntarnos toda la familia y cuando esperaba con extrema impaciencia a los regalos y esperaba impaciente a mi padre a ver que le daban en la cesta de navidad.

Pero también ahora tengo otro motivo, que es pensar en la gente que aprecio. ¿Por qué parece que solo se puede desear buenas cosas en estas fechas y después queda “ñoño”? ¿Por qué hay gente que solo tienes conocimiento de ella en estas fechas con un simple “Feliz navidad”?

Por eso NO me gusta la navidad, porque me gusta lo mejor para la gente que aprecio en cualquier fecha del año y no cuando un calendario lo decida.

PD: A pesar de lo escrito os confesare un secreto, a pesar de lo cascarrabias que soy con el tema navideño, hay un momento que si vivo la navidad, cuando me toca preparar los regalos para mis sobrinos.😅

Mentiras destructivas

Esta si es una verdad

¿Quién nunca ha mentido? Es cierto todo el mundo ha mentido alguna vez, y por diversos motivos, mentiras piadosas, mentiras protectoras, mentiras destructivas… y estas últimas son las peores mentiras, pero lo peor de estas mentiras no es que se cuenten sino quien las escucha las crea sin verificar su veracidad. Esta es la gran puñalada para quien es víctima de esas mentiras.

Un niño como otro cualquiera

Los niños no entienden de razas, nacionalidades o credos

Hoy que hablamos de Berlín y su salvaje atentado olvidándonos de otros muchos otros atentados de otros lugares del mundo que sufren personas cuyo delito es no tener la misma cantidad de dinero en los bolsillos he visto en Santander, concretamente en la estación de autobuses como un niño que iba con su madre ataviada con un pañuelo que indicaba su religión islámica, al cruzarse con una persona de indudable origen cántabro por su  marcado acento santanderino y tras saludarse dirigiéndose al niño preguntándole que había aprendido en la escuela este le contesto que estaba aprendiendo el abecedario, y pronunciándolo hasta la letra “g” pues hasta ahí llegaban los conocimientos del niño con un acento que no se diferenciaba en manera alguna de cualquier otro niño santanderino.

Esto me hizo acordar cuando hace un año en un trabajo anterior, yendo de tienda en tienda al salir de una e ir a mi coche me tropecé con una salida de niños de un colegio, y una madre ataviada con esa especie de túnica que llevan las mujeres musulmanas y mi ignorancia hace que desconozca su nombra  y un pañuelo le relataba a otra que por su forma de hablar demostraba ser autóctona le comentaba a esta que sufrió mucho por el último atentado (no recuerdo cual fue) pues temía mucho por su hijo. Su hijo indiferente a esta conversación corría unos metros adelante con niños autóctonos sin que su color de piel algo más tostado le causara ningún problema con los otros niños.

Esta mañana en silencio he maldecido el que dejemos atrás la infancia.

Yo y mis tristes contradicciones sobre los animales

Cuesta aceptar que acabarán como alimento

Hace unas semanas, tuvimos que parar unos minutos el coche pues había unas obras que generaban retenciones.  Ese tiempo lo aproveche para mirar el paisaje y vi como unos corderos correteaban alegres por un prado cosa que me hizo esbozar una sonrisa. Solo un instante no pude evitar sentirme en cierta manera mal pues esos corderos que alegremente correteaban podrían estar sobre mi mesa en estas navidades y lo peor de todo es que reconozco un enorme placer por la carne de cordero. No niego esa estúpida contradicción entre disfrutar viendo animales y mi pasión casi enfermiza por la carne.

Si es cierto que hay dios, cosa de la que tengo muy grandes dudas, me tendría que explicar por esa necesidad cruel de matar animales para alimentarnos y no dejar a numerosos animales ni la más mínima posibilidad de supervivencia en muchos casos con una vida y una muerte atroz ante la impasividad de quienes compramos carne sin el menor remordimiento por no saber cómo ha vivido ese animal y como ha sido sacrificado.

Años después de aparcar mi coche junto a un matadero, aun recuerdo con escalofríos los mugidos de esas pobres vacas que allí dejaron su vida para que gente como yo pudiera disfrutar de su deliciosa carne.

Aporofobia

Nunca puede ser delito ser pobre

Hace poco me entere de una palabra que desconocía. “Aporofobia” ese matiz que hace que la diferencia entre un gitano y otro, un negro y otro, un musulmán y otro es el dinero que lleva en la cartera, es decir la aporofobia es odio al pobre.

Hoy por desgracia me he enterado de un caso de aporofobia en uno de mis contactos de facebook. Ha sido apaleado mientras pedía en la puerta de un DIA. Hoy me doy cuenta que esta palabreja debería estar a la misma altura que el racismo, el machismo, la homofobia, y a partir de ahora tratare de usar esta palabra a la misma altura que estas otras aunque haya mas de uno que diga “¿Qué dice este flipado?”

Mis mejores deseos a esa persona que malvive entre este tipo de mala gente muchas veces amparadas en el “buenrollismo” y en el “respetar todas las ideas” aunque esas ideas no respeten a la gente.

La cultura, la política y la religión

Mi último libro religioso leido

Antes de nada aclarar que no creo en ninguna religión en concreto y que mis creencias religiosas se podrían considerar “ateas” aunque tengo un enorme cacao mental en este aspecto y se podría decir que soy ateo de razón y agnóstico de corazón. Añado que también me confieso de izquierdas.

Actualmente en este mundo que invita a las mentes a juzgar la cultura en función de filtros mentales como si habría un patrimonio exclusivo de la ideología o religión que profeses y por ello se ven auténticos disparates. Gentes ateas pidiendo el fin de villancicos o belenes por eso del laicismo o defendiéndolos solo por “joder a los moros” que quieren que se quiten, y en este último aspecto me parece más una soplapollez islamófoba pues dudo que estos casos si es que se ha dado alguna queja por los belenes será casi testimonial pues en el islam Jesús está considerado profeta e incluso nombrado más veces en el Corán que el propio Mahoma. Con la política pasa tres cuartos de lo mismo pues parece que hay autores o músicos vedados según su ideología.

Yo sin embargo puedo decir con orgullo que he leído obras de numerosos autores contrarios a mis ideas o creencias como Wenceslao Fernández Flores, Muñoz Fonseca, José María de Pereda, Camilo José Cela, Adriano García Lomas… También he escuchado con gusto melodías religiosas de diferentes artistas como “El Mesias de Händel”, Numerosos “aves marías” pues además del de Händel están otros muchos que le han dedicado obras como Caccini, Bach, Schubert… También he admirado embelesado numerosas esculturas religiosas de Juan de Mesa o Alonso de Berruguete así como otras muchas cuya ignorancia no me permiten recordar sus autores. Me he paseado por la exposición de figuras de la semana Santa en Santander y he acabado sobrecogido con tanta perfección. Ninguna de estas obras sean musicales, literarias o escultóricas ha conseguido hacer variar ni lo mas mínimo mis creencias y si sacarme más de una sonrisa como en el caso de Wenceslao Fernández Flores en su obra “El bosque animado”.

Yo seguiré acercándome a la cultura sin preocuparme lo más mínimo el perfil ideológico del creador de esa cultura y si preocupándome más de que lo que voy a consumir me agrade.

El facebook y sus recuerdos

Un recuerdo de hace unos dias

Reconozco meter demasiadas horas al facebook, tener demasiado tiempo libre y usarlo en cosas que me genera cierta adición como es el facebook.  Sé que es un error, pero reconozco tener también cierta nostalgia por la gente que aprecio y en cierta manera estar en el facebook es “estar un poco con ellos” pues aunque siempre será mejor un café (te en mi caso) o una cerveza es estar un “tiempo extra” con ellos. También es cierto que sigo varias páginas que me interesan y entre el estar al tanto de la gente que aprecio y alegrarme si veo que están bien, paseo interesándome “por mis cosas” y como paso aun mas friki me gusta ver los recuerdos y ver cómo ha evolucionado mi vida tanto en pensamientos como en circunstancias.

A veces veo recuerdos de gente que ha dejado de formar parte de mi vida y me alegro, creo que fue un error que esa gente estuviera en ella, otras veces quizás el error fui yo de estar en otras vidas. Sin embargo a veces al ver esas imágenes en ambos casos acabo preguntándome ¿Por qué?

Tarjetas navideñas

Llegan fechas contradictorias

Cada año entre la ilusión de los niños y la decepción de una buena parte de los adultos en estas fechas la navidad está omnipresente. Para unos empieza demasiado pronto la navidad, para otros nunca es demasiado pronto. Sin embargo la navidad hubo un tiempo que tuvo su pistoletazo de salida, concretamente el 8 de diciembre. En este día se encendía la iluminación navideña, se colocaban los belenes y se hacía algo muy, pero muy bonito ya desaparecido. Se compraban las postales.

Hoy en día por desgracia esta “parte bonita” de la navidad de comprar una postal, escribir cuatro letras implicaba que esa persona le importabas. Hoy en día, molestarse en escribir esas cuatro letras “ya no se lleva” y con compartir una imagen bonita sacada de internet y ponerla en facebook y así “cumplir” y como mucho mandar un whatsapp hace que cumplamos con nuestras “obligaciones navideñas” aunque todo el año no nos hayamos acordados de gente a la que les importamos, y nos importan.

Lo peor de todo es que yo hoy en día de escribir una postal me sentiría ñoño y ridículo por mucho que critique esta comodidad de poder “cibercumplir” como amigo o familiar y no digo nada de mandar una carta fuera de fecha cuando realmente se demuestra que te importa alguien pues el año tiene 12 meses para acordarse y por ello entono un mea culpa enorme.

Yo voy a seguir con la opción vaga y deseo de forma muy, pero muy sincera a todos los que me importáis y os apreció que sois muchos mis mejores deseos para estas fechas os gusten o no, si os gustan que las disfrutéis, si no os gustan que las paséis de la mejor manera posible. Y lo que es más importante, os deseo después de estas fechas exactamente lo mismo aunque no lo demuestre.

Un fuerte abrazo NO navideño a toda esa gente que aprecio y a la gente que bien me quiere le deseo que la vida le de el doble de lo que me desea.