Ojalá pronto se acabe el infierno bélico |
Me pregunto muchas veces, especialmente cuando debo despedir a alguien que nos deja antes de tiempo por una enfermedad y se recurre a la voluntad divina para tal fin, el que pinta Dios en todo esto. En ese triste momento me viene a la memoria una frase escrita en una pared de un campo de exterminio nazi “Si Dios existe, tendrá que pedirme que le perdone”.
Yo viendo la evolución humana y las maravillas tecnológicas que se han conseguido crear me pregunto a menudo en esa herida sangrante que nos esta lastrando en el progreso que se trata de las guerras. Estoy convencidísimo que, si esos recursos humanos y materiales desperdiciados en investigar para la maldad se hubiera invertido en el progreso médico entre otras cosas, ahora tendríamos muchos males superados. ¿Quién no nos dice que si en esas muertes prematuras fruto de la barbarie pudo haber un nuevo Severo Ochoa, un Pasteur, un Fleming o cualquier otro que aportara un poco más de esperanza en enfermedades que hoy nos resultan terribles?
Nos gusta hablar del derecho a la vida, pero hay un derecho por encima de ese derecho que es el derecho a la vida digna y cada vez que hay guerras, ambos derechos se volatilizan y con ello esperanzas que ni vemos, ni sentimos.