Las tetas de la pareja

La libertad de mostrar el cuerpo no debe de reprimirse

Hoy una vez más tengo que escuchar una tontería que podría pensar que es de adolescente estúpido o de persona de avanzada edad que no conoció otra forma de entender la vida, pero resulta que quien la proclama tiene unos cuarenta años.

Resulta que un bocazas dice que él no permitiría jamás a su pareja hacer topless pues que enseñe las tetas está mostrando algo que no le importa a nadie como son las tetas de su novia, tras una breve conversación recurre a tópicos como “los hombres vamos a lo que vamos” y similares.

Esta frase en si encierra varias premisas:

1. Que considera a su pareja de su propiedad y por lo tanto bajo su mandato
2. Que considera el cuerpo única y exclusivamente para la lujuria
3. Que si considera que todos los hombres van a lo que van, el también “va a lo que va a una playa

Hay que educar para no concebir el desnudo como algo sexual ni pecaminoso, algo por desgracia se sigue considerando, donde todavía hay gente que cree que una mujer que luce un escote amplio o una falda corta “lo va buscando”.

No voy a negar que como hombre me gusta ver cuerpos femeninos, pero conozco el límite entre disfrutar de la belleza de un cuerpo a verlo como una incitación al coito. Todavía eso es algo que a muchos les cuesta entender y coarta la libertad de muchas personas que sentimos pudor ante el desnudo. (me incluyo).

La felicidad es una medicina gratuita

Una gran realidad

Tuve una época muy mala. Mi estómago no toleraba los alimentos. Incluso un simple vaso de agua era una tortura para mí y me creaba un gran malestar. Esto hacia que viviera dependiendo de pastillas para el estómago capeando otros síntomas y dolencias, muy especialmente el insomnio” como buenamente podía. También tenía otros malestares como dolor en los huesos especialmente. Por no hablar de otra que es más común de lo que parece como las ganas de vivir que hace que miles de personas nos dejen. También la falta de alegría hace que la gente se aleje de ti agravando tus males una y otra vez, y cuando se te acercan no tienes nada que ofrecer para que se queden alejándoles de nuevo.

Es una pena que para mucha gente no haya salida. Yo reconozco que he sido un afortunado al que la vida le va muy bien, se me ha alejado la gente tóxica, encontré trabajo, he rehecho mi vida en buena parte, aunque aún me quedan pasos por dar y poco a poco la vida me va dando nuevas alegrías cada vez mejores y desde hace tiempo he prescindido de medicamento muy fuerte para el estómago estando perfectamente e incluso puedo dormir sin que el estómago me juegue malas pasadas. Por ello puedo decir que muchas veces las enfermedades no son enfermedades del cuerpo, sino del alma y hace más para curar una enfermedad un café entre amigos que un preparado farmacéutico.