Gracias por existir |
Ayer tuve una sensación muy rara. Estuve comiendo con unos
amigos que me importaban alargando la sobremesa. A la vez sabía que otros
amigos a quienes también aprecio también estaban juntos en otro sitio, lo que
hizo que en varias ocasiones mi cerebro estuviera viajando de un lado a otro.
Esto me hacía sentir un poco como un traidor, pero también me reafirmo en tener
la certeza de que gente realmente me importa.
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