A veces un simple libro une |
Hace una semana teniendo que hacer un viaje en autobús cogí un libro de relatos cortos con el fin de hacer el viaje más ameno. En el autobús me toco compartir asiento con un viajero que estaba de paso recorriendo el norte de la península y que compartía su viaje con otras cuatro personas todas ellas de Cataluña. Como en los autobuses y trenes hemos perdido la costumbre de sociabilizar en cuanto salimos de la estación de bus saqué mi libro y me puse a leer. De inmediato fui interrumpido de forma amable por este acompañante mostrando curiosidad por el libro en cuestión cosa que genero una larga conversación a la que se unieron sus acompañantes y que derivo en diversos temas salvo en el candente y soporífero tema de Cataluña.
Yo no sé si esos catalanes eran independentistas o no lo eran, y ciertamente me da igual. A mí lo que me demostraron que eran buena gente y al igual que con cualquier buena gente lo que menos me importaba era si eran independentistas o no lo eran.
Muchas veces une el tener una afición en común cosa que no pueden hacer muchas ideas o creencias por muy chupiguays que creamos que son y que la razón está de nuestro lado.
Yo no sé si esos catalanes eran independentistas o no lo eran, y ciertamente me da igual. A mí lo que me demostraron que eran buena gente y al igual que con cualquier buena gente lo que menos me importaba era si eran independentistas o no lo eran.
Muchas veces une el tener una afición en común cosa que no pueden hacer muchas ideas o creencias por muy chupiguays que creamos que son y que la razón está de nuestro lado.
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