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Portada del libro |
Anda circulando por las redes sociales de quienes tenemos el
corazón escorado a la izquierda una noticia que habla del libro “Comunismo para
niños” que a pesar de su título NO ES PARA NIÑOS, Hay quien al compartirlo ha desatado tremendas tormentas donde a
quienes simpatizamos con esa ideología se nos ha tachado de todo.
Voy a decir antes que nada que mas que comunista, cada día me siento más “hombre
de izquierdas” pues creo que quienes procesamos ideas que ponen a a la persona
y su dignidad como centro de todo da igual cual sea nuestra definición,
comunista, socialista o anarquista si realmente queremos ejercer como tales es
un sentimiento de fraternidad quien debería guiarnos.
¿Por qué los “comunistas” somos los malos de la película?
Negar que en nombre del comunismo y otras ideas de izquierda se han cometido
barbaridades seria cínico negarlo, pero dudo que este sea el motivo exacto de
que seamos perseguidos y vilipendiados. Creo que el verdadero motivo de la cínica
e hipócrita persecución, no son estos crímenes cometidos en nombre de la izquierda,
sino la mala conciencia y voy a explicar porque.
La explicación es muy sencilla, porque nuestras ideas todas caben en la declaración
de los derechos humanos y nuestras ideas van encaminadas a que se cumplan los
derechos humanos mientras que las ideas de derecha van marcadas por la consecución
de objetivos económicos. Es decir nosotros priorizamos que el desarrollo humano
sea lo que marque la economía mientras que la derecha hace justo lo contrario,
que el desarrollo económico sea lo que marque el desarrollo humano. Por ello
cuestionar la riqueza cuando hay pobreza pone muy nervioso a los que tienen fortunas
y utilizan todos los medios a su alcance para desprestigiarnos. Esbozan los millones
de muertos causados en nombre del comunismo para así calmar su conciencia y
dejar olvidados los muertos que han causado la injusticia social derivada del
capitalismo.
Pero ya que esto va de infancia y comunismo, voy a decir que maldades enseñamos
a la infancia.
Enseñamos que todo el mundo nace en igualdad de derechos independientemente del
color de la piel, de lo que tenga entre las piernas o de cómo ame y a quien
ame, enseñamos que la solidaridad es el principio de unidad entre los pueblos,
enseñamos que toda persona debe tener alimentación, ropa, sanidad, educación,
vivienda, enseñamos que antes que el derecho a la vida está el derecho a una
vida digna, etc., y lo peligroso de estas enseñanzas es que cuestiona la
riqueza de los ricos y por ello somos peligrosos y no por eso de Paracuellos y Stalin
que tanto les gusta nombrar para calmar su sucia conciencia.
Yo soy comunista, no porque ame la muerte de otros,
sino porque amo la vida, pero no una vida cualquiera, sino una vida digna, y no
solo para mí sino para cualquiera.