Creo que la integración es un deber moral de todo el mundo que se desplaza, pero considero inaceptable que solo nos refiramos al que viene y no goza de un estatus. No es lo mismo llegar con enormes penurias que ser el último fichaje de un equipo de futbol o simplemente ser un jubilado británico o alemán que monta su colonia en ciertos lugares turísticos y no necesita renunciar a su lengua ni cultura pues en vez de adaptarse al lugar busca que el lugar se adapte a él.
Eso que acabo de decir no es exclusivo de británicos y alemanes pues he conocido gente que durante el franquismo emigro a diversos países europeos y volvieron y orgullosos de no haber aprendido el idioma y alguno incluso en sus últimos años de vida critico con dureza a quienes “no se integran”.
Pero eso no es todo, conozco gente que a emigrado a otros lugares como Madrid, Cataluña o Euskadi que no saben absolutamente nada de la tierra donde pisan. Ellos entienden que no se han de integrar porque “son españoles” faltando el respeto a la tierra de acogida.
Un ejemplo de ida y vuelta como vasco afincado en Cantabria es el sangrante caso de vascos afincados en Cantabria que desconocen todo absolutamente, todo de Cantabria llegando en algún caso a adaptar el municipio a su cultura como es el caso de Castro Urdiales siendo en algún caso puro postureo pues en Euskadi no ejercen de ser tan vascos como lo demuestran en Cantabria. Conozco a alguno que le he dejado en ridículo al ir de vasco “vascoparlante” ante los lugareños y recular cuando le he dicho cuatro frases en euskera.
En Euskadi pasa tres cuartos de lo mismo, conozco pueblos donde es más fácil escuchar hablar gallego que euskera y gente que tiene un desconocimiento total y absoluto de la cultura vasca.
Pero yendo más allá de estos actos conozco gente que no esta integrado ni en la tierra que los vio nacer a pesar de ser descendientes de gente del lugar. En Cantabria por ejemplo hay más gente que viste de andaluza en las infumables pseudoferias de abril (me refiero a esas ferias echas con fines económicos cutrepatrioteros, las andaluzas gozan de mi respeto) que con trajes populares de Cantabria, que prefieren a Santa Claus que a las Anjanas (personaje mitológico de Cantabria del que Manuel Llano recoge entre otras funciones su labor de traer regalos) o los reyes magos, incluso los ayuntamientos que se prestan a esta farsa, sin olvidarme de los “jalogüines” y fiestas de graduación “made in USA”.
Hasta en el futbol hay un infantilismo de ser todos del Madrid o del Barcelona porque ganan, con lo bonito que sería que todo el mundo que le guste el futbol apoyara a su equipo local y que los partidos se disfruten con deportividad y no haciendo el cafre.
¿En serio que son los extranjeros pobres son los únicos que han de integrarse cuando aquí muchos son de un lugar solo porque lo dice un DNI y no por su actitud ante la cultura de la tierra que los vio nacer y crecer? Por mucho que lo diga un DNI, muchos son extranjeros en su propia tierra pues su actitud ante la cultura local es la misma que la de algunos a los que se les acusa de no integrarse.
Yo soy vasco y vasquista, amo con locura la cultura de mi tierra pero soy consciente de donde vivo y por ello, jamás me representaran esos vascos que están asentados en Euskadi y que se desentienden de la tierra en la que pisan e incluso, voy a ser muy osado y algunos me tacharán de prepotente, creo que merezco más respeto por vivir en Cantabria que mucha gente nacida aquí y se han desentendido totalmente de su cultura que es lo que realmente le da la condición de gente cántabra y no un documento administrativo llamado DNI.




