Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

martes, 3 de enero de 2017

Esos "locos bajitos"

Un cable en las manos de un niño puede ser algo peligroso
Uno de los motivos por los que nos preocupan nuestros hijos es “por lo que les pueda pasar” algo lógico y normal, pero jamás nos preocupa  “que nos pueden hacer”.

Con lo que voy a decir no quiero hacer ningún alegato anti niños, dios me libre, pero si quiero llamar a la reflexión.  Hoy un padre de de un niño de 9 años me comentaba como reprendió a su hijo muy duramente porque no se les ocurrió otra “gracia” que abrir una tapa de alcantarilla con el fin de que una persona invidente se cayera cosa que afortunadamente no ocurrió porque un vecino vio la maniobra y les paró los pies dando cuenta a los padres. Esto hizo que un compañero de clase comentara como en su infancia se les ocurrió tirar quesitos a los coches desde un puente pues estos se expandían en el parabrisas y les cegaba dando momentáneos frenazos y provocando que un camión tuviera un accidente y volcara. Algo similar se les ocurrió a unos niños del barrio donde me crie que se dedicaron a tirar piedras a los coches hasta que a uno se le ocurrió que las piedritas eran pequeñas y cogiendo una piedra de gran tamaño la lanzo provocando un enorme bollo en la parte de arriba del coche y rotura de luna trasera con monumental bronca. Un coche que tuve también sufrió una pedrada, aunque esa fue de una persona adulta posiblemente motivada por la matricula vasca y sé que el susto es monumental.

Yo no fui ajeno a esas gamberradas recuerdo como de niño cogíamos tablas, le clavábamos un clavo y las lanzábamos a la carretera con intención de que los coches pincharan cosa “que nos daba risa” sin ser consciente de que podíamos matar a alguien con la “broma” o incluso se nos ocurrían imprudencias sin ninguna maldad como una vez que cayó en nuestras manos una bobina de cobre y nos dio por ver cual largo era estirándolo entre arboles y cruzando varias veces un camino con el riesgo de si alguien en bici, moto o similar pasa se hiciera una grave avería como ocurrió por desgracia en fechas cercanas cuando unos niños les dio por cruzar un cable en una calle atándolo a dos postes degollando a un motorista. Otra impudencia aun más peligrosa fue coger cartuchos de escopeta de los pequeños y pegándolos con pegamento al cañón de una escopeta de balín pegar un pepinazo que no se cómo salimos ilesos del percance.

Pero esto no es cosa de ahora, en tiempos de mi padre se me conto que hubo más de un accidente con el carburo, pues lo utilizaban los niños para hacer petardos y hubo mas de un niño que acabo con grandes lesiones por ese motivo.

No se qué solución habrá, pues por una parte están las “travesuras” mal entendidas y otras la ignorancia y el desconocimiento del niño pero desde luego se debe saber que un niño puede causar mucho daño.

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