Esteban

Gracias

Hoy por primera vez voy a contar una historia novelada inspirado en el libro “El bar de las grandes esperanzas” de J.R. Moehringe que hemos leido en el club de lectura al que pertenezco. Esta historia esta basada en tres personas diferentes. Una el dueño del bar que se describe en esta novela que al ser biográfica existió realmente y las otras dos digamos que un compañero de trabajo y un digamos que amigo. Para juntar las tres personas reales en una usare un nombre ficticio para las tres, diré que esta persona se llama Esteban.

Esteban era un hombre afable, de esos que siempre tenia una sonrisa en la boca. Era de esa poca gente que da los buenos días y saluda. De la poca gente que entendía la importancia de pedir perdón y dar gracias. Esteban poco a poco en el trabajo se fue convirtiendo en el compañero perfecto, en algo mas que un compañero de trabajo. Era al primero que se le pedía ayuda para mover un peso, pedir una moneda para comprar tabaco en el bar de al lado, e incluso al primero que se recurría para contar los problemas que teníamos. Sus chistes y su continuo sentido del humor le hacían ser apreciado.

Un buen día  a pesar de ser de los primeros en llegar al trabajo no llego, poco después de empezar la jornada nos enteramos que un infarto había acabado con él. Ese día descubrimos que no sabíamos nada de él, ni tan siquiera si tenía familia. Él que sabía todo de todos, nadie se molesto en saber nada de él a pesar que él se preocupo de saber de todos. Este final es el de uno de los tres Estebans. Otro de estos Esteban la vida no le sonrió y anda destrozado por el alcohol, y un último de estos tres Estebans, desconozco su paradero, he empezado gestiones para saber de él.

Yo ya hice mi reflexión sobre esto, pero prefiero dejar sin mostrarla y que quien llegue a leer esto saque la suya. Yo solo puedo agradecer a los tres Estebans por existir, al menos a los dos que conocí aunque llegue tarde.