Cuando los supuestos extremos se tocan, a veces hacen cosas maravillosas

Descansa en paz, pequeño.

Hay una frase “cuñada” y llena de caspa que se repite a menudo que dice “los extremos se tocan”. Yo reconozco que en momentos de mi vida he andado en un extremo, incluso para la mentalidad de algunos sigo estándolo, pues mis ideas de izquierdas siempre han estado más allá de lo que es el PSOE y también IU.

Estos días hemos visto extremos haciendo cosas maravillosas. Ante la desgracia de un niño, montones de personas de diferentes creencias, ideologías e incluso puede que de razas han estado codo con codo trabajando para liberar a un niño.

Seguro que más de uno de los que están ahí metidos tienen motivos irreconciliables con el que estuvo al lado codo con codo luchando por salvar a Julen. Puede que tras recoger todo ese dispositivo y cuando la gente vuelva a su casa, puede que el minero y el guardia civil se miren con desconfianza mutua, que el vecino que estuvo al lado, será una persona non grata con la que vuelva a seguir sin hablarse, que las diferencias creencias cuestiones al de al lado por “beatón” o por “pecador”, puede que el obrero que trabajo diligentemente para construir la jaula mañana este enfrentado con el patrón, o que en pocos meses en las elecciones autonómicas y municipales más de uno se esté tirando los trastos con el de al lado.

En muchos casos debemos aprender que las opiniones distintas, no necesariamente son adversarias, o al menos no pueden ser adversarias aquellas que respeten los derechos humanos y no cuestionen a una persona por su raza, religión, creencia religiosa, sexo, orientación sexual, edad, discapacidad, clase social…