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| Nadie esta libre de ser un parado |
Estoy muy aburrido de escuchar frases de esa nueva plaga llamada “aporofobia” (rechazo al pobre) y ver como desde el mundo de los parados (hasta hace muy poco lo he sido) lejos de plantar cara asumen con resignación todas las frases despectivas hacia ellos.
He leído y escuchado de todo, que son vagos, que quieren vivir de las ayudas, que quieren convertir a los trabajadores en sus esclavos… y así un largo listado de tonterías.
Yo aunque ya no soy parado no me he alejado de ellos. Les sigo sintiendo como mis compañeros y sigo escuchándoles y comprendiéndoles de la misma manera que cuando estaba entre ellos.
Sentirse útil es algo muy necesario en esta vida y por ello quien realmente quiere vivir de las limosnas sociales es porque tiene otra fuente de ingresos. No conozco a nadie que sea feliz con un dinero mínimo en el bolsillo que no le dé ni para vivir con dignidad.
Soy consciente de que hay mas mitos también como que son vagos, y no, no lo son en su inmensa mayoría, nadie nace vago, cierto es que en situaciones lamentables por un lado pierdes la ilusión por todo, te desesperas y dejas de buscar trabajo porque sientes que te das contra un muro especialmente si llevas ya varias negativas a contratarte a tus espaldas y por otro lado el estado mental en el que vives, ralentiza tus movimientos, aumenta tus inseguridades y “no estás a lo que tienes que estar” cosa que también he vivido en primera persona.
Si hablamos desde el punto de vista psicológico, el parado se encuentra con un muro muy grande, el de la soledad que cuando se ve acompañado por falta de dinero ese muro se hace aun mayor pues la vida social por desgracia requiere un mínimo de dinero. Yo he conocido muchos lamentos de gente que ha pasado las de Caín hasta el punto de tener que mendigar tras salir de un curso para parados.
Luego está el abandonarse, el dormir hasta tarde, el vegetar todo el día, el consumo excesivo de alcohol u otras sustancias que te destruyen con el consabido reproche social de “no me extraña que no te den trabajo” cuando si esa persona hubiera tenido una mano amiga igual estaría en otras condiciones pero es más fácil el reproche que el ayudar.
Cierto es que todo el mundo conoce alguien que está en paro y te ponen ejemplo para aferrarse a sus teorías excluyentes. Yo también conozco gente que ante oportunidades de trabajo aunque hayan sido precarias los ha rechazado o ha trabajado un día y las ha dejado y no le he conocido en su vida más que bramar contra el paro sin haber hecho nada por cambiar su situación pero eso no debe criminalizar a todos los parados.
Por último una mención especial a los parados mayores de 40 años, esos que ya empiezan a ser excluidos siendo aun demasiado jóvenes.
Parados, no os rindáis, valéis muchísimo, os lo aseguro.
He leído y escuchado de todo, que son vagos, que quieren vivir de las ayudas, que quieren convertir a los trabajadores en sus esclavos… y así un largo listado de tonterías.
Yo aunque ya no soy parado no me he alejado de ellos. Les sigo sintiendo como mis compañeros y sigo escuchándoles y comprendiéndoles de la misma manera que cuando estaba entre ellos.
Sentirse útil es algo muy necesario en esta vida y por ello quien realmente quiere vivir de las limosnas sociales es porque tiene otra fuente de ingresos. No conozco a nadie que sea feliz con un dinero mínimo en el bolsillo que no le dé ni para vivir con dignidad.
Soy consciente de que hay mas mitos también como que son vagos, y no, no lo son en su inmensa mayoría, nadie nace vago, cierto es que en situaciones lamentables por un lado pierdes la ilusión por todo, te desesperas y dejas de buscar trabajo porque sientes que te das contra un muro especialmente si llevas ya varias negativas a contratarte a tus espaldas y por otro lado el estado mental en el que vives, ralentiza tus movimientos, aumenta tus inseguridades y “no estás a lo que tienes que estar” cosa que también he vivido en primera persona.
Si hablamos desde el punto de vista psicológico, el parado se encuentra con un muro muy grande, el de la soledad que cuando se ve acompañado por falta de dinero ese muro se hace aun mayor pues la vida social por desgracia requiere un mínimo de dinero. Yo he conocido muchos lamentos de gente que ha pasado las de Caín hasta el punto de tener que mendigar tras salir de un curso para parados.
Luego está el abandonarse, el dormir hasta tarde, el vegetar todo el día, el consumo excesivo de alcohol u otras sustancias que te destruyen con el consabido reproche social de “no me extraña que no te den trabajo” cuando si esa persona hubiera tenido una mano amiga igual estaría en otras condiciones pero es más fácil el reproche que el ayudar.
Cierto es que todo el mundo conoce alguien que está en paro y te ponen ejemplo para aferrarse a sus teorías excluyentes. Yo también conozco gente que ante oportunidades de trabajo aunque hayan sido precarias los ha rechazado o ha trabajado un día y las ha dejado y no le he conocido en su vida más que bramar contra el paro sin haber hecho nada por cambiar su situación pero eso no debe criminalizar a todos los parados.
Por último una mención especial a los parados mayores de 40 años, esos que ya empiezan a ser excluidos siendo aun demasiado jóvenes.
Parados, no os rindáis, valéis muchísimo, os lo aseguro.
Trabajadores, no os creaís a salvo de esta situación
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