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| La iglesia que dibuja día tras día ese dibujante |
Digo pintor porque así lo apodan pero de quien voy a hablar es de un dibujante. Hace unos años en los meses fríos todas las mañanas aparecía un hombre en un coche indultado del desguace que aparcaba siempre en el mismo sitio y hacia dibujos de la iglesia del pueblo.
Siempre nos llamo la atención de que día tras día pintara la misma iglesia. Sin embargo nadie sabía ni su nombre, ni de donde era ni nada. Simplemente se le puso el apodo de “El pintor” y corrió algún rumor que no me parece correcto reproducir en un blog pues nunca sabes de su veracidad. También es cierto que la mayoría del municipio somos “llegados” y por desgracia no sabemos nada de nuestros vecinos y nos conocemos por “el de la casa de la esquina”, “el del perro negro…” y similares que dan idea de la individualidad en la que vivimos.
A este hombre solíamos echar un vistazo fugaz a través de las ventanillas de su coche de fo0rma furtiva y apenas pudimos apreciar si era buen o mal dibujante pues la brevedad de la mirada a cierta distancia no nos daba para más. Veíamos que se quedaba absorto con su tarea y disfrutaba lo que hacía.
Como apareció, desapareció durante varios meses y se convirtió en una anécdota de esas que quizás te acuerdes vagamente en un momento dado.
Esta mañana he salido de casa con el termómetro marcando 7 grados y junto al cementerio lo que de lejos me pareció un vagabundo escribiendo en un cartón cosa que me sorprendió pues pensé que no era muy buen sitio para pedir pues la mayoría de la gente que pasa por ahí a esas horas lo hace en coche para llevar a sus hijos a la escuela. Al acercarme vi que era el mismo dibujante ataviado con viejas ropas entregándose una vez más a su pasión. Una vez mas volví a mirar de forma furtiva su dibujo y una vez más me aleje siendo un anónimo ante un anónimo.
Siempre nos llamo la atención de que día tras día pintara la misma iglesia. Sin embargo nadie sabía ni su nombre, ni de donde era ni nada. Simplemente se le puso el apodo de “El pintor” y corrió algún rumor que no me parece correcto reproducir en un blog pues nunca sabes de su veracidad. También es cierto que la mayoría del municipio somos “llegados” y por desgracia no sabemos nada de nuestros vecinos y nos conocemos por “el de la casa de la esquina”, “el del perro negro…” y similares que dan idea de la individualidad en la que vivimos.
A este hombre solíamos echar un vistazo fugaz a través de las ventanillas de su coche de fo0rma furtiva y apenas pudimos apreciar si era buen o mal dibujante pues la brevedad de la mirada a cierta distancia no nos daba para más. Veíamos que se quedaba absorto con su tarea y disfrutaba lo que hacía.
Como apareció, desapareció durante varios meses y se convirtió en una anécdota de esas que quizás te acuerdes vagamente en un momento dado.
Esta mañana he salido de casa con el termómetro marcando 7 grados y junto al cementerio lo que de lejos me pareció un vagabundo escribiendo en un cartón cosa que me sorprendió pues pensé que no era muy buen sitio para pedir pues la mayoría de la gente que pasa por ahí a esas horas lo hace en coche para llevar a sus hijos a la escuela. Al acercarme vi que era el mismo dibujante ataviado con viejas ropas entregándose una vez más a su pasión. Una vez mas volví a mirar de forma furtiva su dibujo y una vez más me aleje siendo un anónimo ante un anónimo.
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