Pensamientos y pesares

En este blog, daré cabida a pensamientos personales sobre diferentes temas sin mas pretensión que dar vía libre a mis pensamientos y sentimientos.

domingo, 10 de julio de 2016

No me gusta la historia

Grandes de la cultura vasca de muy diferentes ideologias  juntos. Koldo Mitxelena, Pedro Saiz, Antonio Tovar Llorente, Luis Villasante y Marcelino Oreja. (Foto de euskomedia)

Lo he contado muchas veces. Me interesan muy poco los reyes, las batallas y las fechas. Me apasiona, en cambio, la gente porque formo parte de ella.

Bastian la Sierra “El Marques”


Hay una cosa que me repiten a menudo. Me dicen que soy un apasionado de la historia, y no es cierto. La historia está llena de dimes y diretes además de haberse convertido en un “arma de tener razón” con el argumento de haber leído en el mejor de los casos al historiador conveniente, o en el peor de los casos, que es el mayoritario, hablar de oídas del argumento que más te conviene.

A mí la historia no me interesa, y a veces cuando me encuentro a algún “historiador” de esos de barra de bar y me dice algo con clara intención de usar la historia para una creencia propia suelo preguntar por el autor y libro donde puedo encontrar esos detalles, no por interés, pues no tengo ninguno, sino por poner en aprieto al conferenciante de turno y cambiar de tema.

La única historia que me interesa, contradiciéndome a mí mismo es la de los pueblos, la de la gente, la que en la historia solo fue carne de cañón.

Me interesa esta parte de la historia de la gente porque veo que a diferencia de la historia que busca “tener razón” usando el historiador de cabecera que convenga, en la historia de los pueblos que se pierde en un montón de nombres (antropología, etnografía, etnología…) prima el conocimiento y el querer saber la verdad.

A diferencia de los historiadores, es admirable que hombres de muy diferentes ideologías como pueden ser comunistas y falangistas e incluso de conciencias religiosas como sacerdotes y ateos en muchos casos trabajen al unísono apoyándose unos a otros en el mejor de los casos o rebatiéndose con respeto.

Su actitud de comparar aprendes cosas de muy distintos lugares. No es extraño que en un buen libro de etnografía muchas de las cosas que te encuentras se vean comparadas con tradiciones que pueden ser de tierras cercanas pero también de culturas que distan miles de kilómetros.  Esto de la cultura popular, cuando realmente te interesa, lo comparo con el vino, si has nacido en una tierra de vinos, y te gusta el vino, disfrutas con el vino propio pero también deseas conocer otros vinos y a dsifrutarlos.

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