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| La última palabra, la de la madre |
Quiero empezar diciendo que recomiendo leer hasta el final este artículo pues no es lo que parece.
Últimamente vuelve a estar en la palestra el tema aborto, sacando la derecha argumentos que nos retraen a más de tres décadas atrás. Sin embargo, en algo coincidimos pues yo tampoco quiero aborto. No quiero aborto porque sé que ninguna mujer va con alegría a abortar aunque muchos crean que sí y por ello voy a aconsejar unas medidas algo diferentes a los argumentos cavernarios que se exponen para argumentar en contra del aborto.
En primer lugar fomentar la educación sexual pues ya está bien que esto sea un tabú y así evitaremos agresiones sexuales y embarazos no deseados. Después mejorar las condiciones de vida, desde el punto de vida económico para quien decida ser madre no tenga que posponer años y años su maternidad por no tener una estabilidad económica con los riesgos que eso trae. También invirtamos en sanidad pues eso evitara riesgos en el embarazo tanto para él bebe como para la madre. Estoy convencido que si todo esto se aplica habrá menos abortos.
Ahora viene el otro tema el “ético” con el argumento de que un embrión es un ser vivo y esto es cierto, el espermatozoide tiene vida, lo tiene el óvulo ¿Cómo no lo va a tener el embrión? ¡Claro que lo tiene! Tiene vida, como lo tiene una flor, una seta, una bacteria, y un largo etc. Tiene vida, pero es vida biológica, que es muy distinta a la vida humana. La vida humana no empieza con el embrión, como tampoco empieza en el ovulo y en el espermatozoide. ¿Comete un aborto la mujer que no se queda embarazada en sus periodos de ovulación o el hombre que desperdicia su semen en una eyaculación sin coito? No, no es vida humana y no lo es el embrión como un huevo cogido de una gallina inseminada no es un pollo hasta pasado un tiempo.
Por último, cuando hablan de derecho a la vida, yo quiero decir que, por encima del derecho a la vida, solo hay otro derecho, que es el derecho a una vida digna y de eso se olvida una vez más la derecha. No puede ser que un bebe cuando nace no tenga asegurado un futuro ni una vida digna y por ello hay que construir una sociedad de derechos, no de derechas.
Últimamente vuelve a estar en la palestra el tema aborto, sacando la derecha argumentos que nos retraen a más de tres décadas atrás. Sin embargo, en algo coincidimos pues yo tampoco quiero aborto. No quiero aborto porque sé que ninguna mujer va con alegría a abortar aunque muchos crean que sí y por ello voy a aconsejar unas medidas algo diferentes a los argumentos cavernarios que se exponen para argumentar en contra del aborto.
En primer lugar fomentar la educación sexual pues ya está bien que esto sea un tabú y así evitaremos agresiones sexuales y embarazos no deseados. Después mejorar las condiciones de vida, desde el punto de vida económico para quien decida ser madre no tenga que posponer años y años su maternidad por no tener una estabilidad económica con los riesgos que eso trae. También invirtamos en sanidad pues eso evitara riesgos en el embarazo tanto para él bebe como para la madre. Estoy convencido que si todo esto se aplica habrá menos abortos.
Ahora viene el otro tema el “ético” con el argumento de que un embrión es un ser vivo y esto es cierto, el espermatozoide tiene vida, lo tiene el óvulo ¿Cómo no lo va a tener el embrión? ¡Claro que lo tiene! Tiene vida, como lo tiene una flor, una seta, una bacteria, y un largo etc. Tiene vida, pero es vida biológica, que es muy distinta a la vida humana. La vida humana no empieza con el embrión, como tampoco empieza en el ovulo y en el espermatozoide. ¿Comete un aborto la mujer que no se queda embarazada en sus periodos de ovulación o el hombre que desperdicia su semen en una eyaculación sin coito? No, no es vida humana y no lo es el embrión como un huevo cogido de una gallina inseminada no es un pollo hasta pasado un tiempo.
Por último, cuando hablan de derecho a la vida, yo quiero decir que, por encima del derecho a la vida, solo hay otro derecho, que es el derecho a una vida digna y de eso se olvida una vez más la derecha. No puede ser que un bebe cuando nace no tenga asegurado un futuro ni una vida digna y por ello hay que construir una sociedad de derechos, no de derechas.
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